| Crónica | La semana política |
El culebrón catalán se reaviva
Con la ratificación ayer sábado del «no» al Estatut por parte del Consell Nacional de Esquerra Republicana, no hay duda de que el culebrón catalán se reaviva.» Se reaviva solo para llegar al final», sostiene un colaborador del ministro Montilla. Para esta persona, que habló con Diario de León ayer por la tarde, «el 18 de junio hay que ganar el referéndum, después gobierno en minoría, con salida de Esquerra y apoyo externo de Convergencia, y ya se verá lo que viene». Entretanto, «Cataluña va a seguir siendo algunos meses más motivo de mofa y escarnio,» según sostiene José Antich, director de La Vanguardia . Sin duda, se abre un período realmente incierto en la vida política catalana, con menor incidencia, estatuto ya en mano, en la política española. El problema inmediato es la incertidumbre sobre el referéndum al sumarse los votos negativos recabados por el Partido Popular con los promovidos por Esquerra Republicana, algo que incomoda a ambas formaciones. Claro que puede ganar el «sí» pedido por los dos grandes partidos, PSC y CiU pero, entre la falta de entusiasmo después de 27 meses de culebrón y los discrepantes con el texto, por excesivo o escaso, el resultado de las urnas puede ser muy poco presentable. La dificultad ahora es mantener un gobierno de coalición fracturado en el que unos piden el «si» y otros el «no». «Le recomendé ayer a Maragall que prescindiera de los consellers de Esquerra a partir del once de Mayo, una vez convocado el referéndum, para dar una imagen de gobierno unido pidiendo el sí», confiesa a este periódico un integrante del gobierno catalán «pero el presidente solo piensa en llegar al referéndum como sea».El entorno de Montilla estima que esa decisión ahora, tal como reclama el Gobierno Zapatero, facilitaría la formación de un gran frente del «no» y sería peligroso. Candidato socialista La consecuencia previsible, en la que todos coinciden, es que a continuación parecen inevitables unas elecciones anticipadas en Cataluña -en noviembre muy probablemente- por más que los seguidores de Carod y Puigcercós no lo deseen. Como ha dicho Artur Mas «es incompatible salvar la cara y la silla». El nuevo problema ante la convocatoria será el candidato socialista, si Maragall, que quiere pero no su partido, si Montilla, que no quiere él pero su partido empuja, o un tercero que no se divisa. Entretanto, Carod está «poco menos que hundido», según transmite una persona que habló con él hace unas horas, «porque siente que pierde todas las batallas, la del gobierno catalán -y a saber cuando vuelven a gobernar- y la de su propio partido donde Puigcercós, manejando emociones, le ha ganado la mano». No es para menos porque los datos internos, no publicados, son inquietantes: Esquerra tiene nueve mil militantes y medio millón de votos. En las asambleas que han decidido el «no» participaron solo mil y, realmente, solo el sesenta por ciento de los presentes estaba por el «no». De modo que seiscientas personas han condicionado una decisión que implica a quinientas mil, cuando las encuestas advierten de que el cincuenta por ciento de esos votantes son partidarios de votar «sí». «O Esquerra convoca un congreso extraordinario urgente y acaba con ese sistema de votación interna asambleario que permite estas disfunciones o la escisión parece servida», interpreta el conseller socialista consultado por Diario de León. Culebrón garantizado por tanto. Panorama nacional Con elecciones catalanas a la vista, el panorama político español se hace más incierto. Hay autonomías y grandes ciudades sin candidatos definidos a un año de las urnas, el último domingo de Mayo. En Canarias por ejemplo, una comunidad que según José Blanco recuperará el PSOE pero está por ver porque puede ganar y no gobernar, no se sabe si el candidato socialista será el ex presidente Jerónimo Saavedra, el secretario general Juan Carlos Alemán o el ministro de Justicia Juan Fernando López Aguilar que se resiste a volver al archipiélago. «Es lógico -declara a Diario de León un economista canario amigo suyo- que un hombre que sueña con ser ministro de Asuntos Exteriores no quiera volver a jugar en Tercera División porque la política canaria no está ni siquiera en Segunda ahora mismo». Pero tampoco sabe Coalición Canaria si repetirá el actual presidente Adán Martin o habrá relevo en favor de algún otro de los cinco o seis posibles, entre ellos Paulino Rivero. Los dos grandes partidos canarios, por tanto, con el cartel electoral vacío. El único que lo tiene claro es el popular José Manuel Soria pero con escasísimas posibilidades al estar militantes de su partido envueltos ahora mismo en varios casos de corrupción. Incertidumbre La lista de autonomías y grandes ciudades sin candidatos definidos se haría inacabable. En Castilla la Mancha, frente al actual presidente socialista Barreda que irá por primera vez a elecciones -sustituyó a Bono que es quien ganó las últimas- no hay todavía el candidato popular. José Manuel Molina ha dado la espantada y ha dicho que seguirá solo como candidato a la alcaldía de Toledo, que ganó por cien votos hace tres años, acaso dolido todavía por el desembarco infructuoso del joven Adolfo Suárez en las últimas elecciones autonómicas. Y en Asturias, entretanto, no se sabe si reaparecerá Francisco Alvarez Cascos quien se retiró de la política con Aznar pero presentó a su tercera esposa en la mismísima delegación del Gobierno en Asturias. Lo de «culebrón», como se puede ver no es exagerado. No falta «pasión de candidatos».