Maragall convierte el «tripartito» en «bipartito» y evita nombrar sucesor «El Gobierno tendrá a su lado a ERC mientras?haga?política de izquierdas»

El tripartito se convirtió ayer oficialmente en bipartito. El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, cerró la crisis gubernamental abierta tras la destitución de seis consejeros de Esquerra con la designación de tres nuevos miembros de su Gobierno, todos socialistas. El jefe del Ejecutivo dejó sin cubrir el puesto de primer consejero, el conseller en cap . Quiso evitar así evitar lecturas sobre su posible delfín, interpretaciones de que la persona designada para esa labor era su apuesta personal para ser el candidato del PSC en los comicios de otoño próximoi decide no presentarse a las elecciones anticipadas de otoño próximo. Un paso que es reclamado por el PSOE e incluso por amplios sectores del PSC, y que también sería bien visto por el Gobierno de Zapatero. Los nombres que suenan para relevar a Maragall son Castells, la consejera Montserrat Tura y el propio Montilla. La remodelación deja un nuevo hombre fuerte, Joaquim Nadal, uno de los más claros exponentes del ala nacionalista del PSC, y que ahora suma la Consejería de Presidencia a sus funciones de portavoz y responsable de Obras Públicas. Maragall preparó los cambios con el primer secretario del PSC y ministro de Industria, José Montilla. Su Gobierno pasa de tener 17 carteras a 14. Carme Figueras se hará cargo de Bienestar y Familia, Joan Manel del Pozo de Educación y Universidades, y Xavier Sabaté, de Gobernación y Administraciones Públicas. Los tres son socialistas, con lo que Maragall conforma un Ejecutivo casi monocolor. Sólo dos departamentos están dirigidos por Iniciativa per Catalunya. La prioridad del PSC es ahora mismo el triunfo del «sí» en el referéndum del Estatut. Maragall estudia pasar la fecha a un día laborable para garantizar más afluencia a las urnas. Los expertos calculan que el 18 de junio, un domingo en puertas del verano, muchos ciudadanos preferirán ir a la playa. ?oan Puigcercós afronta desde este fin de semana una difícil situación. El secretario general de Esquerra Republicana de Catalunya asegura que su partido sabía a qué se arriesgaba cuando optó por escuchar a sus bases y reclamar el «no» en el referéndum sobre la reforma del Estatuto de Cataluña. Ahora, tras su expulsión del Gobierno de la Generalitat, empieza el reajuste interno. - Los socialistas plantearon una salida pactada de la Generalitat. ¿No habría sido más coherente un abandono voluntario del gobierno? - Sí, pero también lo habría sido el cumplimiento del pacto con el PSC, que implicaba un estatuto distinto al que se pactó en La Moncloa. - ¿Ve un pacto entre el PSC y CiU detrás de aquella maniobra? - No, creo que hay un pacto PSOE-CiU. Se ha dado una comunión de intereses entre Zapatero, que no sabía cómo salir del debate planteado por el Estatut ante el acoso del PP y una parte de su partido, y Artur Mas que sólo deseaba hacer caer al Gobierno catalán para ser presidente. - ¿Quién sale reforzado de este episodio? - El Partido Popular. - ¿Y CiU? - CiU ha salido ganando de momento, pero ha hecho un mal servicio al país. El ganador es el PP, que ha conseguido rebanar el Estatut hasta que no ha quedado casi nada en aspectos fundamentales como financiación, la definición de Cataluña como nación o las grandes infraestructuras, porque ha erosionado la imagen de Cataluña y porque han echado a los independentistas de la Generalitat. - ¿La expulsión del Gobierno modifica su estrategia de campaña? ¿Habrá una reacción agresiva de ERC? - En absoluto. La campaña se calentará, como se habría calentado antes, por la falta de argumentos a favor del «sí». Los defensores del Estatut crearán una niebla de temas colaterales: la situación del Gobierno, si Maragall debe continuar... - Pero será inevitable que algunos interpreten la consulta como una primera vuelta de las elecciones. - Si lo planteamos en esos términos, desvirtuaremos un tema tan trascendente como es el Estatuto de Cataluña. - Lo ocurrido esta semana, ¿abre una brecha entre su partido y el PSC? -Va a ser un golpe importante, pero estamos en política para entendernos, aunque parezca difícil o casi imposible. Vamos a recomponer las relaciones con todos los partidos catalanes. La vida continúa, tomamos nota y seguimos adelante. - ¿Y sus relaciones con el PSOE en el Congreso? ¿Mantienen el respaldo ofrecido en la investidura a Rodríguez Zapatero? - La relación ya se complicó cuando dejó de lado a ERC y pactó un estatuto de mínimos con Artur Mas. Siempre decimos lo mismo, mientras haga política de izquierdas nos va a tener a su lado. Lo demostramos cuando votamos a favor de la Ley de Educación. Alguien desearía que Esquerra se echara al monte, pero estamos aquí para trabajar. No vamos a desaparecer de Madrid. - Resulta difícil creer que no vayan a hacer pagar a los socialistas... - No somos un partido de todo o nada. El Estatut es muy importante pero, pase lo que pase en el referéndum, el 19 de junio va a salir el sol. Y no podemos hipotecar buena parte de las leyes que se hacen en esta legislatura con nuestro respaldo. Son cambios trascendentes y dejar de participar sería una irresponsabilidad - El problema es que hay un sector del PSOE que les mira con recelo. Y quizá su postura actual no ayude... - Sí, pero este sector del PSOE debe admitir que cuando el Gobierno ha tenido dificultades nos ha tenido a su lado (presupuestos, leyes comprometidas, 11-M...). Es verdad que Esquerra es un compañero incómodo, porque tiene ideas. Queremos cambiar el modelo, cambiar el marco, queremos transformar... La incomodidad es consustancial a nuestra forma de ser. - ¿De verdad se creen ustedes el «no» que propugnan? Porque la alternativa será seguir con el Estatuto de 1979... - ¿Y qué cambios implica este Estatuto respecto a aquel? La financiación se generalizará a todas las comunidades, la descentralización judicial quedará establecida en la ley del poder judicial. Es verdad es que hay avances, en parte porque Esquerra los impulsó: la igualdad jurídica del catalán y el castellano, los derechos históricos; nuevas competencias en infraestructuras... pero eso hay que pagarlo ¿con qué? Lo que ganemos con más porcentaje del IVA, IRPF e impuestos especiales lo perderemos con el fondo de suficiencia. En Cataluña se va a dar un colapso. - ¿Queda tocada la dirección de ERC tras lo ocurrido? - Puse mi cargo y el de Carod-Rovira a disposición de la militancia. Y no se aceptó. - Aún queda el referéndum ¿Se juegan algo en él los dirigentes de ERC? - Sí, claro. Nos jugamos el tipo. Como en cualquier elección, tendremos que dar la cara después del proceso. - ¿Qué porcentaje de «noes» le parecerá buen resultado? - ERC tiene un 16% de votos pero creo que vamos a superar esta cifra.