Madrid teme que un mal resultado en el referéndum del Estatut dañe a Zapatero
El Gobierno ve con preocupación la posibilidad de que un mal resultado en el referéndum sobre el Estatuto de Cataluña dañe la imagen de José Luis Rodríguez Zapatero, quien hizo de esa reforma la bandera de su política territorial. El jefe del Ejecutivo pretende conjurar ese peligro con una participación muy activa en la campaña, en la que hará valer su condición de condición de político mejor valorado por los catalanes para lograr una participación masiva, objetivo que a un mes de la consulta parece difícil de lograr. La salida de los consejeros de Esquerra Republicana del Gobierno de Pasqual Maragall supuso un alivio para La Moncloa y para el PSOE porque tenían fundados temores de que un referéndum estatutario con un Ejecutivo autónomo dividido se convertiría en plebiscito sobre el tripartito. Una votación de esas características tendría altas probabilidades de cosechar un resultado negativo porque a las conocidas postura contrarias al texto de ERC y PP se sumaría la de muchos electores de CiU, deseosos de castigar a la alianza gubernamental. La primera consecuencia sería el rechazo de la reforma y echar por la borda dos años y medio de negociaciones, una tesitura en la que toda la política territorial gubernamental se tambalearía. Aunque algunas fuentes gubernamentales disienten con la expulsión de los republicanos porque creen que radicalizará la campaña de ERC contra Zapatero, la preocupación se centra en lograr una alta participación.