«Si un viajero no se pone el cinturón será un riesgo para el de delante»

Los índices de siniestralidad son treinta veces inferiores en los autobuses que en los turismos que circulan por las carreteras españolas, tanto en número de accidentes leves como graves, lo que se debe tanto a la profesionalidad de los conductores como a las medidas de seguridad adoptadas en los vehículos, independientemente de su tamaño. La nueva norma de la UE, que obliga a generalizar los cinturones de seguridad entre los viajeros, es aceptada por las empresas como un coste más, aunque no va a añadir grandes mejoras o cautelas sobre las que ya se estaban adoptando. Si acaso algunas complicaciones. Según la patronal, independientemente de que cada vehículo cuente con cinturones en los asientos será difícil obligar a los viajeros a que lo utilicen, al menos permanentemente, durante largas horas de trayecto. «Tampoco el conductor es nadie para vigilarlos o para obligarles a abrochárselo, así que lo más normal es limitarse a informales de que tienen que hacerlo bajo su propia responsabilidad». Porque esa es otra cuestión añadida. En caso de accidente con un viajero de pie o sin el cinturón puesto deben delimitarse también responsabilidades: de la empresa o del propio usuario. Y lo mismo si en ruta el autocar es sometido a una inspección de la Guardia Civil de Tráfico y resulta sancionado, «porque a ver quién debe responder por la multa». En cuando a las mejoras de seguridad que puedan proporcionar las últimas directrices comunitarias, las empresas las aceptan, pero dudan que sean sustancialmente mejores que las actuales. Todo es bienvenido, pero en los autobuses no está claro que la obligatoriedad del uso de los cinturones sea determinante para paliar el resultado de los accidentes o, por lo menos, de no todos, porque depende de muchos factores. «Los vehículos ya están equipados con una estructura que no debe permitir que el habitáculo de los viajeros se deforme, por ejemplo, en caso de vuelco y es cierto también que un cinturón de seguridad añadido proporciona más protección al usuario contra los riesgos de un choque frontal, simplemente por la sujección contra la inercia. Pero, si alguien no lo lleva puesto, actuará también como un objeto contundente contra el que va delante».