Los transportes escolares incorporarán silletines para niños de hasta once años

Según el jefe provincial de Tráfico, Ramón Ledesma, las campañas sobre el uso del cinturón entre los conductores leoneses están dando resultados excelentes, hasta el punto de que en los últimos controles el porcentaje de los que cumplen con la normativa se aproxima al 99,3%. El número de controles realizados en la provincia hasta el pasado mes de noviembre fue de 20.357, de los que sólo resultaron 137 infracciones. Datos más recientes no existen porque la Guardia Civil envía los partes directamente a Madrid, pero, en todo caso, lo elevado del cumplimiento resulta o ejemplar o sólo válido para el despiste estadístico. Las cifras sobre el último puente vacacional del 1 de Mayo dadas por la propia Dirección General de Tráfico arrojan saldos de muertos al alza, casi un tercio de los cuales no llevaban puesto el cinturón de seguridad en el momento del siniestro y, de ellos, la mitad encontraron la muerte en accidentes ocurridos en carreteras secundarias a causa de adelantamientos, algo que escapa a las campañas que tienen como objetivo las grandes autovías. En este sentido las cifras parecen concordar poco con la lógica, salvo que se maten sólo en exclusiva los que no llevan puesto el cinturón. También para menores Calculos aparte, la nueva directiva europea obliga a tomar medidas extremas, como, por ejemplo, que cualquier niño que mida menos de 135 centímetros lleve en el autobús escolar una silla adecuada a sus necesidades de seguridad, aunque el vehículo circule a bajas velocidades por zonas urbanas. La trasposición de esta norma a la futura legislación española es todavía una incógnita, lo mismo que los baremos de peso y edades para calibrar las necesidades del vehículo. Ironías aparte, en un sólo autobús pueden darse múltiples variantes para un mismo centro escolar, como niños de seis a diez años, otros de edad superior o de inferior pero con problemas de obesidad, altos y bajos, etcétera, y, por último, el problema de quién debe afrontar el coste de los nuevos silletines y vigilar a los chicos para que se sujeten a ellos. Esa es otra de las incógnitas del futuro reglamento de tráfico español, que deberá, a su vez, sujetarse, a directrices que parecen hechas y, de hecho lo han sido, por eurofuncionarios. Según el presidente de la asociación patronal leonesa de transporte de viajeros, Miguel Angel Marqués, la directiva europea mueve a todo tipo de interpretaciones y en ella cabe todo, aunque las empresas no se atreven a ironizar sobre el tema por respeto a una clientela que, a su vez, les merece todos los respetos y miramientos: por ejemplo, pesar a los niños o medirlos antes de subir la escalerilla del autobús. Y otra cuestión añadida es quién va a pagar los costes: la empresa, los padres, el colegio o la Junta. «Hasta que no salga la nueva normativa está todo por ver, así que nadie sabe lo que va a pasar».