Diario de León

| Reportaje | Crónica de una intensa jornada |

El helicóptero, un café y regalos muy dulces

La ministra llegó a Astorga por aire, compartió mesa con los munícipes de ambas ciudades, recordó antiguas visitas y se fue de La Bañeza provista de imperiales, trufas, yemas y bombones

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M. Almanza - la bañeza | astorga
León

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El helicóptero de la ministra aterrizó, puntual como un reloj, en el campo de fútbol de Astorga. María Antonia Trujillo tuvo tiempo de compartir un café con los munícipes astorganos en una céntrica cafetería de la plaza Mayor. Después, ya en el salón de plenos, aseguró con rotundidad: «De Astorga conozco casi todo lo que puede ser visitable», antes de recordar que hace unos meses llegó a la ciudad en visita privada y hasta hizo senderismo con el concejal de Cultura, Francisco Panero, muy aficionado a esta práctica, que la llevó «donde el Camino de Santiago es un mito», dijo el alcalde, que dejó a todos con la duda del punto final del recorrido, mientras el susodicho edil sonreía tímidamente. Trujillo demostró haber aprendido bien la lección impartida por Perandones, al referirse a Astorga en dos ocasiones como «encrucijada de caminos y de culturas», y, antes de saludar a algunos vecinos en la plaza, recogió los obsequios del ayuntamiento: una medalla del bimilenario de Astorga de 1986 -edición limitada, precisó el regidor- y recuerdos de los museos Romano y del Chocolate. A La Bañeza llegó la ministra por carretera, y a pie de coche la esperaba el alcalde al frente de la corporación. Palazuelo relacionó hábilmente el origen extremeño de Trujillo con la Vía de la Plata antes de referirse a su insigne visitante como «compañera María Antonia, señora ministra». La representante del Ejecutivo central dio muestras de cercanía con ambos regidores, sellando la firma de los protocolos con sendos apretones de manos y besos en las mejillas. La ministra saludó a los bañezanos, fue obsequiada con un ramo de flores por uno de ellos y con bombones, trufas, imperiales, yemas y otros productos típicos por parte del Ayuntamiento. Un conocido restaurante local albergó la comida bilateral antes de que Trujillo partiera por la tarde hacia Valladolid.

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