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Acrobacias por los caídos enAfganistán

Los Reyes presiden en Sevilla el desfile de las Fuerzas Armadas que recordó a los soldados muertos en accidente de helicópero en la base española de Herat

La princesa de Asturias se defiende del calor con un abanico. Un paracaidista «baja» la bandera

Publicado por
Cecilia Cuerdo - sevilla
León

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El homenaje a los 17 militares fallecidos el pasado 16 de agosto en Afganistán en un accidente de helicóptero fue el eje central del Desfile de las Fuerzas Armadas celebrado ayer en Sevilla y presidido por los Reyes y los Príncipes de Asturias. La gran novedad de este año fue la curiosa forma en que llegó la bandera nacional antes de ser izada: fue portada desde 2.000 metros de altura por uno de los miembros de la patrulla acrobática de la Brigada Paracaidista, mientras otros cuatro compañeros formaban en el cielo la enseña nacional con el humo de bengalas. El acto fue seguido desde primera hora por decenas de miles de ciudadanos, que pertrechados con abanicos y botellas de agua, desafiaron el intenso calor: cerca de 37 grados. La canícula no impidió que los asistentes disfrutaran con el desfile aéreo y con el paso de los 1.700 efectivos de los distintos cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, así como de los 60 vehículos terrestres y 44 aeronaves. Especialmente aplaudida fue el paso de los integrantes de la Guardia Civil y Legión, cuya mascota, una cabra, fue recibida con los gritos de «guapa, guapa». El desfile fue presidido por el Rey vestido con el uniforme de capitán general del Ejército del Aire y doña Sofía, con un traje de chaqueta blanco. El Príncipe de Asturias, acompañado de doña Letizia, acudió ataviado con el uniforme de capitán de corbeta de la Armada. Algunos de los familiares de los malogrados soldados acompañaron a los militares que portaron la bandera hasta el mástil en que fue izada, así como a los dos alumnos militares que depositaron una corona en recuerdo de los difuntos y de todos los que dieron su vida por España mientras los militares entonaban el himno «La muerte no es el final» y varios C-101 de la Patrulla Águila sobrevolaban la zona y dibujaban en el aire la enseña rojigualda.