El Congreso autoriza el envío de 130 militares para vigilar los comicios
Alonso advierte de que las tropas correrán riesgos en el Congo
El contingente español se desplegará en la capital a partir de mediados de julio
El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, explicó ayer a los diputados de la Comisión de Defensa del Congreso que las tropas españolas que se desplegarán este verano en la República Democrática del Congo estarán sometidas a «amenazas» y «riesgos indudables». Citó la actividad armada de grupos contrarios al proceso de estabilización democrática, la posibilidad de conflictos civiles provocados por sectores disconformes con el resultado de los comicios, las enfermedades y otros riesgos propios de zonas azotadas por largos conflictos, como los campos de minas. La Comisión de Defensa autorizó, con el apoyo de PSOE, PP, ERC, CiU y PNV, y con la abstención de IU, el envío al país africano de 130 militares de la VII Bandera de la Legión, que velarán por la estabilidad de sus instituciones en las elecciones presidenciales, cuya primera vuelta será el 30 de julio. Los españoles se desplegarán en la capital, Kinshasa. Entre otras misiones, deberán realizar operaciones de información militar, actuaciones limitadas de estabilización, preparar la evacuación de agentes electorales y observadores internacionales, y proteger, si es preciso, el aeropuerto internacional de N'Djili. Los soldados comenzarán a llegar a Kinshasa a mediados de julio, y alcanzarán su capacidad operativa sobre el terreno una semana antes de los comicios. Permanecerán en la República Democrática del Congo, como mínimo, hasta cuatro meses después de las votaciones. Según fuentes militares, sus reglas de enfrentamiento serán las mismas que para Afganistán, es decir, sólo pueden hacer uso de la fuerza letal si sufren ataques directos. La cúpula militar quiere también limitar su presencia a áreas geográficas concretas país. El responsable de Defensa aseguró que se trata de una misión importante, que contribuirá a enfrentar la inestabilidad y promover la democracia en una zona que calificó -parafraseando a Javier Solana- de «la columna vertebral de África».