«Ya no hace falta importar, porque son los propios empresarios los que emigran»
Según el responsable de UGT de Textil en Castilla y León, Juan Tomás Sánchez, su sindicato pretende que no cunda el pánico en el sector, «al menos tras el acuerdo que va a firmarse y que supone mucho dinero, algo que llevábamos negociando más de seis meses y que, en lo que toque aquí, deberá complementarse con otro 30% de aportaciones de la Junta, aun sin decidir». De cualquier forma se supone que será suficiente para asentar una mayoría de las actuales empresas y cooperativas, haciéndolas competitivas y dejando en la cuneta con dinero público a la mano de obra más antigua y costosa, aunque casi nadie se atreve a reconocerlo así: las posibles regulaciones de empleo ya están pactándose para los mayores de 55 años, condicionadas a que tengan un mínimo de cotización de seis a la Seguridad Social y que las indemnizaciones mínimas, de 20 días por año trabajado, se reinviertan en un fondo al que el Estado aportadá 12.000 euros por trabajador y la UE una cantidad aún indeterminada. El resultado final serán, después de dos años de subsidios de desempleo añadidos, jubilaciones anticipadas a partir de los 61 años. Deslocalización Según Sánchez, las empresas que sobrevivan deberán centrarse en productos de mayor calidad que los que puedan importarse a bajo precio de fuera y en marcas y diseños propios o encargados, a su vez, por marcas europeas. «lo que no va a desaparecer es el sector textil, porque los chinos dan respuesta en cantidad, pero no en calidad o en tiempos y modas, así que, tecnologías aparte, ahí es donde se puede competir. De hecho no se han cumplido en estos seis últimos meses las teorías catastrofistas que incluso nosotros avalábamos: han cerrado muchas pequeñas industrias y talleres, pero no tantos como se temía, y hay que esperar que a partir de ahora con estas nuevas ayudas el sector pueda reflotar sin mayores problemas, porque el nuevo dinero va a ayudar mucho». Los responsables de UGT reconocen, sin embargo, que «la gente sigue asustada por una realidad que ha aterrizado y cuyos efectos se han visto multiplicado muchas veces por la difusión que el fenómeno ha alcanzado en los periódicos». «Nosotros estamos trabajando y explicando el nuevo acuerdo con las administraciones públicas para decir que el panorama no es tan negro y que no todo va a cerrar, porque ahí hay ayudas públicas para más de dos años, hasta finales del 2007. ¿Después? La incógnita es que el proceso no ha concluído, porque la reconversión empezó hace diez años y el goteo de cierres ha sido constante desde entonces, incluidos traslados de fábricas: ya no necesitan importar, porque emigran ellas solas buscando mano de obra barata en Marruecos o China».