Arrestado el hijo de la mujer asesinada por su perro, acusado de un homicidio por imprudencia

Una mujer de 50 años falleció en la madrugada del jueves tras ser atacada por un perro de raza americana staffordshire terrier propiedad de su hijo. El suceso ocurrió en La Laguna (Tenerife) cuando la mujer subió a la azotea de su casa donde se encontraba el animal. El hijo, que estaba en la casa en el momento del ataque y que fue detenido posteriormente como presunto autor de un delito de homicidio por imprudencia por ser el dueño del perro, tuvo que emplearse a fondo con una manguera para que el perro soltase a su víctima a la que profirió heridas tan graves que a pesar del rápido auxilio de una ambulancia medicalizada nada pudo hacerse. Los sanitarios que la atendieron certificaron que la muerte de la mujer fue prácticamente en el acto. Raza peligrosa y sin registrar El can fue encerrado en una habitación en la que permaneció durante la mañana hasta que el servicio veterinario pudo examinarlo antes de ser trasladado a la perrera comarcal de Valle Colino. Uno de sus responsables declaró que el perro debe tener unos cinco años y que en principio no observa ninguna anomalía en su comportamiento, aunque matizó que «estos animales cuando muerden matan a su presa» ya que tienen una mandíbula muy robusta con la que ejercen mucha presión. Según el concejal de Seguridad y Tráfico del Ayuntamiento de La Laguna, el perro pertenece a una raza denominada potencialmente peligrosa, sin embargo no estaba dado de alta en el registro que aglutina a estos ejemplares. Al parecer tampoco tenía el microchip de identificación, no estaba asegurado ni poseía la cartilla de vacunación. El Colegio de Veterinarios de Santa Cruz de Tenerife ha confirmado, por su parte, que no está dado de alta en la base de datos de animales de compañía ni poseía un microchip, obligatorio dada la raza de este animal. Desde el año 2000 se han producido once muertes por ataques de perros en toda España, aunque no es hasta el 2002 cuando se aprueba un Real Decreto que desarrollaría la Ley de Tenencia de Animales Potencialmente Peligrosos, de 1999.