El PNV exige al Poder Judicial que investigue al juez por no ser imparcial
El juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska se desplazará mañana a Bilbao para interrogar en los Juzgados de la capital vizcaína al dirigente del PNV Gorka Aguirre por sus contactos telefónicos con el supuesto jefe de la red de extorsión en España, Joseba Elosúa, quien encargó al dirigente del PNV que le avisara si llegaban nuevas cartas del impuesto revolucionario a empresarios vascos o navarros tras la declaración de alto el fuego permanente. Los abogados de Aguirre enviaron ayer un informe médico en el que se aseguraba que el imputado no podía trasladarse a Madrid porque está convaleciente de una intervención quirúrgica de tres horas para un cateterismo. El magistrado también ha citado para hoy el ex presidente del PNV Xabier Arzalluz. El PNV, entretanto, cerró filas en torno a su dirigente. Ayer arreciaron las críticas por parte de miembros del Gobierno vasco y de dirigentes del PNV, e incluso de otros partidos. El consejero de Justicia, Joseba Azkarraga, sostuvo que «nadie en su sano juicio» podía vincular a Aguirre en el entramado de extorsión de ETA. Calificó de «atropello» la citación del juez y exigió al Consejo General del Poder Judicial que investigue la actuación de Marlaska porque existen indicios de que no actúa de forma imparcial. El diputado del PNV Emilio Olabarria acusó al juez de actuar al margen de «los requerimientos del ordenamiento jurídico» y moverse por «otro tipo de impulsos». Sostuvo que el miembro de la ejecutiva de su partido trabaja guiado por «principios humanitarios» ante los requerimientos de empresarios extorsionados por ETA. El juez, en cambio, se ha mostrado, dijo, como un exponente de «la justicia espectáculo». El diputado general de Guipúzcoa, Joxe Joan González de Txabarri, aseguró que el PNV es «una piña» en torno a Aguirre porque lleva «muchos años trabajando por la paz», mientras que el juez de la Audiencia Nacional ha demostrado ser un especialista en «poner palos en la rueda» de la paz. También el alcalde Bilbao, Iñaki Azkuna, elogió la trayectoria deAguirre porque su labor callada «ha favorecido y apoyado» a los empresarios que han acudido en busca de su ayuda. «En este país -se quejó- ya no hay compasión ni piedad». El secretario general de los socialistas guipuzcoanos, Miguel Buen, se sumó a las críticas y apuntó que Aguirre, si medió, fue por «razones humanitarias» y si esa actuación es «un delito nos vamos a tener que poner en fila como de aquí (San Sebastián) a Zaragoza cientos o miles de cargos públicos» que han tenido actuaciones similares.
