«El contacto con las personas con VIH nos ha hecho más médicos»

El doctor José Antonio Carro Fernández, del Hospital de León, sseñala que tras veinte años tratando a pacientes con enfermos de sida y con VIH el esfuerzo profesional realizado para conseguir la «adherencia al tratamiento» y la «estigmatización social de estas personas» «nos ha hecho más médicos». Los profesionales sanitarios se han visto abocados a establecer una relación de confianza con los pacientes. «No quieres que sea una relación especial pero si no hay confianza se impediría la relación fluida y estrecha que les permite venir a plantear sus dudas fuera de la consulta formal», precisa. Carro destaca también la importancia de la labor que han llevado a cabo en la lucha contra el sida organiazciones que, como Cruz Roja en León, han logrado implantar con eficacia un programa de metadona como método de deshabituación de las drogas y a la vez de control de los pacientes infectados. Las personas infectadas a las que se les declara sida «tienden a la baja gracias los tratamientos antirretrovirales de alta eficacia». Así se explica que en el 2005 tan sólo se diagnosticaron en la provincia siete casos de sida, la cifra más baja desde que se recogen datos de la enfermedad en León. Según los protocolos, tienen menos de 200 linfocitos T4, pero personas infectadas por el virus de hecho hay muchas más -se desconoce el número- y sobre todo hay muchas que ignoran su infección, advierte el doctor Carro, internista especializado en infecciones en el Hospital de León. Actualmente, el hospital de León controla a 300 pacientes, de los que el 90% están con tratamientos antirretrovirales y un 10% no reúne las indicaciones. La gran cantidad de pastillas que tienen que tomar es el «peaje de la cronificación de la enfermedad», indica el médico, así como los efectos secundarios. La lipodistrofia o distribución anormal de la masa corporal, que produce problemas de estética y, a veces psicológicos, sobre todo entre mujeres, por la presión social sobre el cuerpo femenino. El síndrome metabólico se traduce en un aumento de la resistencia a la insulina y causa hiperlipidemias y aumento del riesgo vascular. «Son problemas que hay que manejar a la vez que controlas el VIH», destaca Carro. Un grupo de pacientes están coinfectados por el virus de la hepatitis C, cuya evolución es peor que el VIH (riesgo de cirrosis y neoplasias). El interferon es de desigual eficacia en función del virus C del que se haya infectado la persona.