Diario de León

Marlaska pone una fianza al dirigente del PNV: tres pinchazos lo ligan a la banda

Gorka Aguirre se abraza con Arzalluz tras declarar ante el juez y quedar en libertad bajo fianza

Gorka Aguirre se abraza con Arzalluz tras declarar ante el juez y quedar en libertad bajo fianza

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Melchor Sáiz-Pardo - madrid
León

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«El momento de hacer realidad la promesa es un asunto del presidente del Gobierno que maneja sus tiempos» MARÍA TERESA FERNÁNDEZ DE LA VEGA, vicepresidenta del Gobierno El juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska tiene en su poder tres pinchazos de conversaciones telefónicas que, según los análisis de la policía, relacionan al dirigente del PNV Gorka Aguirre en el aparato de extorsión de ETA. El magistrado, que interrogó durante toda la tarde al dirigente nacionalista en los Juzgados de Bilbao, le impuso una fianza de 30.000 euros, cantidad que tendrá que abonar en 72 horas. Además de tener prohibido salir de España sin autorización judicial, el político deberá comparecer todos los lunes en el Juzgado. El instructor mantuvo la imputación de Aguirre por un presunto delito de colaboración con banda armada. Aguirre fue interrogado en la capital vizcaína porque se encuentra convaleciente desde el pasado día 20 debido a una operación quirúrgica, fue preguntado en primer lugar sobre la ya conocida conversación telefónica (intervenida por la policía) que mantuvo el 18 abril con Joseba Elosúa, el supuesto jefe de la red de extorsión en España. En ella, Elosúa pedía a Aguirre que controlara si se recibían nuevas cartas del impuesto revolucionario tras el alto el fuego de ETA. Además de esta intervención, hay otros tres pinchazos telefónicos que implican al dirigente nacionalista y que tuvieron lugar el 28 de noviembre del pasado año, el 25 de abril y el 2 de mayo del 2006. En noviembre, Elosúa llamó desde su teléfono privado de Irún a Aguirre. En esa conversación en clave mantenida en euskera, el etarra le notifica que ya han recibido el dinero de la extorsión con la frase «hemos bebido la botella (...) hemos bebido la botella dada por tí». En esa misma conversación, el jefe de la trama de extorsión comunica que el empresario extorsionado no debe hacer más pagos por el momento («creo que ya no necesitamos ninguna botella más») y emplaza a Aguirre a una futura entrega de más cartas de extorsión («esta semana tendré una botella o dos y si es posible te diré qué tipo de vino es»). En otra conversación entre Elosua y el jefe de la recaudación en Francia, José Antonio Cau, el 2 de mayo también se utilizan las palabras «vino» y «botella» para referirse, según interpretación policial, al impuesto revolucionario. En el segundo pinchazo, un mes después del alto el fuego, Aguirre y Elosúa discuten sobre si los empresarios extorsionados deben pagar el impuesto. El recaudador de ETA no lo tiene claro: «el que no pague, pues ¡bueno tú!... joder... nosotros no somos... nosotros no vamos a asustarles». La tercera llamada que supuestamente implica al dirigente del PNV la realiza Elosúa el 2 de mayo desde el bar Faisán, en Irún, que regenta Elosúa, y considerado como centro de recaudación del impuesto revolucionario en Guipúzcoa. El extorsionador le pregunta a Gorka Aguirre si «¿tú para mañana tienes eso?» en referencia velada a un nuevo pago. Ambos cierran una cita al día siguiente, entre las 12,00 y 13,00 horas, en el citado bar. Luego Elosúa avisa de que «iremos hacia arriba» (frase que la policía traduce como «a llevar el dinero a Francia»). Arropado Además, los seguimientos de los agentes de Información permitieron constatar que el dirigente peneuvista acudió el 20 de abril a una cita en el bar Faisan y abandonó el local con varios sobres, que la policía sospecha que podrían tratarse de cartas de ETA dirigidas a empresarios. Aguirre acudió a los juzgados arropado por la cúpula del PNV. El dirigente nacionalista se personó en el Decanato de los juzgados de Bilbao, donde fue interrogado por el juez. Diez minutos antes de la cita, salió acompañado por el presidente de su partido, Josu Jon Imaz, y por otros destacados miembros de la formación como Iñigo Urkullu. En la calle, el político nacionalista fue recibido por decenas de simpatizantes y miembros del PNV que aguardaban a las puertas o en las cercanías de los juzgados. Los congregados portaban pancartas en las que se leía «Juicios políticos no. Todos somos Gorka» o «Gorka estamos contigo». Entre ese nutrido grupo de personas se encontraba el ex presidente del PNV Xabier Arzalluz, quien el martes compareció como testigo ante Grande-Marlaska en la Audiencia Nacional para declarar en este mismo sumario sobre el aparato de extorsión de la banda.

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