Cerca de 1.500 leoneses se darán de alta como cuidadores familiares

Mujer, de 45 o más años y con poca o nula experiencia laboral es el perfil básico de las personas que cuidan de sus familiares dependientes en León. Ellas son el colchón de «apoyo informal» que hace posible la atención a la dependencia en la actualidad. Pero son invisibles y su trabajo no está reconocido ni económica ni socialmente. Tampoco cotizan a la Seguridad Social. Este es el caso de Ana, berciana de 45 años, quien desde hace ocho cuida de su madre y de su padre (éste falleció el año pasado) sin oportunidad de retornar al mercado laboral por la grave dependencia de la primera, que sufre un coma diabético. Su vida ha mejorado levemente desde que recibe una ayuda de la Diputación provincial para cuidadores de personas con grandes dependencias, pero apenas una veintena de personas en estas circunstancias se han podido beneficiar de este apoyo debido a las «altas exigencias burocráticas». No se trata de una ayuda económica directa al cuidador. Las instituciones sufragan entre 204,39 y 708,02 euros para la contratación de cuidados por terceras personas. La ley de autonomía personal y atención a la dependencia pretende reconocer su existencia y labor dándoles de alta en la seguridad social y con un salario, aún sin estipular, aunque a largo plazo lo que se busca es «profesionalizar» los cuidados y que las mujeres que «hipotecan» su vida por estas obligaciones familiares puedan optar, si así lo quieren, por el trabajo asalariado fuera de casa. Su objetivo es «revisar el sistema tradicional de atención para asegurar una adecuada capacidad de prestación cuidados a aquellas personas que lo necesiten». El Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales no computa a los cuidadores entre los puestos de trabajo que creará la ley a partir de su implantación en el 2007 y hasta el 2015, año previsto para su total despliegue. Pero se estima que en la provincia de León puede haber unas 1.500 personas que causen alta en la seguridad social como cuidadores familiares, casi tantas como empleos directos en centros de día, residencias y otros servicios que generará la ley. En este sentido, la secretaria de Estado de Servicios Sociales, Familias y Discapacidad, Amparo Valcarce, apunta que el Sistema Nacional de Dependencia va a suponer «un importante yacimiento de empleo» sobre todo para las mujeres de más 45 años, aunque el abanico de puestos de trabajo no se limitará exclusivamente a cuidadores y cuidadoras. La mayor parte de las personas cuidan de un familiar con más de 65 años, ya que es a partir de estas edades cuando más dependencia sufren las personas. La ley señala al respecto que más del 32% de las personas mayores de 65 años tienen algún tipo de discapacidad, mientras que para el resto de la población esa proporción se reduce al cinco por ciento. No obstante, la exposición de motivos reconoce que la dependencia por razones de enfermedad y otras causas de discapacidad o limitación «se ha incrementado en los últimos años por los cambios producidos en las tasas de supervivencia de determinadas enfermedades crónicas y alteraciones congénitas y tambiçen por las consecuencias derivadas de los índices de siniestralidad vial y laboral». EMPLEOS Directos Cuidadores familiares