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Los ataques aéreos no parecen haber debilitado a los milicianos, que ayer anunciaron la muerte de tres soldados judíos

Israel estudia una invasión masiva ante la dura resistencia de Hezbolá

El gobierno israelí accede a abrir un corredor humanitario entre Beirut y Chipre para enviar ayuda

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E. G. Gascón / O. Santamaría - jerusalén | nueva york
León

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El jefe del Ejército israelí, Dan Halutz, dirigió ayer una carta a todos los soldados, regulares y de milicias, en la que advierte que las operaciones militares contra Líbano podrían durar «mucho tiempo» antes de conseguir los objetivos que se han fijado las clases política y militar de este país. Otros responsables del Ejército explicaron que la operación no tiene limitaciones en el tiempo puesto que Washington ha dado «luz verde» a Israel e interpretaron la carta de Halutz como un modo de instar a los soldados y a la opinión pública en general a que estén preparados para hacer frente a una prórroga de varias semanas de la situación actual. Nueve días después del comienzo de los ataques israelíes contra objetivos en Líbano, la ofensiva militar se encuentra en un punto de inflexión. Pese a la implacable acción israelí, no parece que Hezbolá haya quedado muy debilitada. El Ejército hebreo está desconcertado por la capacidad de resistencia de los milicianos. Asegura que ha destruido ya la mitad de su arsenal, pero los cohetes siguen cayendo en el norte de Israel. Muchos israelíes están convencidos de que ahora resulta inevitable una ofensiva terrestre masiva para acabar con Hezbolá. Esta opción es precisamente una de las que más teme el Gobierno israelí, que tiene miedo de quedarse empantanado en el Líbano como en 1982. Pero el ministro de Defensa, Amir Peretz, fue claro: «Si tenemos que invadir el Líbano, lo haremos». Fuertes combates Por segundo día consecutivo la infantería entró en el sur de Líbano y mantuvo combates con las milicias contando con el apoyo de la aviación y la artillería. En los combates murieron tres soldados y seis resultaron heridos, según Hezbolá. Los cazas israelíes dejaron caer veinte toneladas de bombas sobre un búnker en el que creían que estaban los líderes del grupo fundamentalista, pero, al parecer, no alcanzaron a ninguno de ellos. El primer ministro israelí Ehud Olmert dió ayer su consentimiento para crear un «corredor humanitario» entre Líbano y Chipre, indicó este jueves en la noche el portavoz del Consejo en Jerusalén. «Nuestra marina permitirá la ayuda humanitaria, la entrada de víveres, medicinas y ropa para la población libanesa a partir de Chipre», afirmó Assaf Shariv. Según la Unión Europea, las agencias humanitarias tienen muchas dificultades para hacer llegar la ayuda a la población libanesa debido a las condiciones de seguridad y la obtención de visados. Desembarco de marines Cuarenta infantes de la Marina estadounidense desembarcaron ayer en una playa de Beirut, por vez primera en 23 años sin presencia de este cuerpo en el país, informaron los medios libaneses. Los marines han llegado para ayudar a evacuar a los miles de ciudadanos estadounidenses bloqueados en el Líbano, como el resto de extranjeros, tras ocho días de bombardeos israelíes. El Pentágono informó el pasado martes de que había ordenado a la Unidad Expedicionaria 24 de los Marines y al grupo expedicionario de asalto Iwo Jima, compuesto por tres embarcaciones anfibias, que se dirigieran al Líbano para ayudar a la evacuación de sus compatriotas.