Los socialistas reclaman que los acuerdos sean unánimes para evitar la mayoría nacionalista
PSE y PNV comparten que la mesa de partidos se formalice el próximo otoño
López defiende que Batasuna sólo se siente a negociar si se convierte en una formación legal
Los máximos líderes del PNV y del Partido Socialista de Euskadi compartieron la idea de que la mesa de partidos que debe definir el nuevo marco jurídico-político de Euskadi se constituya en otoño. Fue uno de los escasos puntos de acuerdo en la reunión que mantuvieron ayer en la sede de los socialistas en Bilbao. Josu Jon Imaz y Patxi López discreparon, entre otros asuntos, en el tipo de mayoría para alcanzar los acuerdos, la presencia de Batasuna y el papel del lehendakari. Imaz y López convinieron que hay que dejar pasar el verano para que se reúna la mesa de partido que tiene que acordar el futuro político del País Vasco y sus relaciones con el resto de España. Una tarea que se presume de titanes por lo alejado de las posturas entre los nacionalistas y socialistas. El PSE, en línea con las tesis de José Luis Rodríguez Zapatero, aspira a una ambiciosa reforma del Estatuto de Gernika, pero dentro de los márgenes constitucionales y con los procedimientos fijados por la ley. El PNV pretende dotar a Euskadi de un estatus jurídico que vaya más allá de los tradicionales límites autonómicos. Con esta diferencia de partida, los líderes de los dos partidos mayoritarios en el País Vasco coincidieron en que la mesa de partidos eche a andar en otoño, y hasta entonces mantendrán contactos con todas las formaciones para pactar la composición, la metodología de trabajo, las mayorías para sancionar los acuerdos y todos los aspectos aledaños. El líder nacionalista tampoco puso en cuestión la presencia de Batasuna en ese foro pero López subrayó que Batasuna debe cumplir la ley de partidos y ser una formación legal. El secretario general de los socialistas vacos mostró sus preferencias por unos acuerdos «unánimes» aunque si no fuera posible apostó por unos entendimientos «transversales» que recojan «las diferentes sensibilidades» políticas de Euskadi, una forma de decir que el PSE, que representa la sensibilidad española y constitucionalista, sea una minoría de veto si no se cuenta con su conformidad.