Otro sistema de seguridad no hubiera evitado el accidente de metro de Valencia

El director general de Transportes, Vicente Dómine, y el jefe de la Línea 1 del metro, Sebastián Argente, coincidieron ayer en afirmar que el accidente del metro del pasado 3 de julio, en el que murieron 43 personas, no se hubiera evitado con la instalación otro sistema o medida de seguridad. Estos dos responsables fueron los primeros en comparecer ayer en la comisión de investigación sobre el accidente creada en Les Corts Valencianes, en la que también compareció el jefe de Bomberos de Valencia, Julián Rodríguez, quien consideró que la seguridad de la Línea 1 es mejorable desde el punto de vista de los sistemas de evacuación de los viajeros. Dómine afirmó que la seguridad ferroviaria «radica en el estricto cumplimiento del reglamento de circulación», y señaló que los sistemas de frenado automático puntual (FAP) «prevén algunas contingencias muy señaladas, pero responsabilizan, como no puede ser de otra forma, a quien tiene en sus manos el resolver las contingencias de un tren». Indicó que el sistema FAP se eligió «correctísimamente» en 1992 porque las características de las vías en ese momento no admitían la implantación del sistema ATP, y destacó que cuando la Generalitat recibió esta línea, estaba en «un estado lamentable» y hubo que invertir en la «remodelación total» de la misma.