Galicia entra en estado de emergencia

Galicia vivió ayer su quinto día consecutivo envuelta en llamas. Con algunas de sus principales urbes amenazadas, la autopista AP-9 colapsada y el 35% de los efectivos antiincendios del Estado desplegados en la comunidad, el avance del fuego sigue imparable. Los ciudadanos tuvieron que salir a la calle para, cubo en mano, apagar las llamas en plena noche en localidades de la provincia de Pontevedra, la más castigada por la ola de fuego. A pesar de que la Consellería del Medio Rural sigue sin ofrecer datos oficiales de la superficie quemada en las últimas jornadas, fuentes de la Xunta confirmaron que las hectáreas arrasadas superan ya ampliamente las diez mil. Hasta principios de agosto, el suelo calcinado en Galicia sumaba poco más de 14.000 hectáreas. La Xunta mantuvo ayer en alerta 2 las provincias de Pontevedra y La Coruña, decretando la alerta 1 para un incendio en Amueiro, en Orense. La más aferctada continúa siendo la provincia de Pontevedra, con 31 fuegos activos, y 28 controlados, y La Coruña, donde el número de incendios que aún escapan al control de las brigadas son 20, y 11 controlados. Orense es la tercera más castigada, con 23 activos y cinco controlados, mientras Lugo registraba 8 fuegos activos y uno bajo control. Problemas telefónicos y cortes de luz. La acción de las llamas está repercutiendo puntualmente en las redes del tendido eléctrico y del transporte de señal de la telefonía móvil, cuyos servicios se vieron resentidos en distintos puntos de Galicia. Los móviles fallaron en las comarcas de Compostela y Barbanza, y zonas de la provincia de Pontevedra. Aeropuerto en alerta. El aeropuerto de Lavacolla estuvo durante horas amenazado por el fuego declarado en torno a las tres de la tarde en Boqueixón, muy cerca de la pista de aterrizaje. Aunque el recinto cuenta con moto-bomba, AENA (Aeropuertos españoles y navegación aérea) no permitió que participara en la extinción, como solicitó el Concello de Boqueixón, dado que las normas impiden que estos vehículos abandonen el aeropuerto. Sólo el cambio en la dirección del viento fue lo que libró al aeródromo de ser alcanzado por las llamas que se dirigieron a la parroquia de Parra. A última hora de la tarde las brigadas municipales lograron controlar el fuego. Durante el avance uno de los frentes también afectó a la parroquia santiaguesa de Arís. Las víctimas humanas. A los tres fallecidos en los pasados días hay que sumar dos hospitalizados. Un hombre de 78 años de A Cañiza, G.V.P., resultó quemado cuando ayudaba, como otros muchos ciudadanos, en la extinción de uno de los fuegos. El hombre, que fue ingresado en urgencias en el Hospital Povisa de Vigo, presenta quemaduras de tercer grado en un 25% de su cuerpo. Su estado es grave, aunque no se teme por su vida. También un miembro de la Guardia Civil está hospitalizado por asfixia. El agente participaba en las tareas de evacuación de los vecinos del lugar de Campo da Festa de Pazos, en Padrón.