El 9% de Pontevedra ya es ceniza

Ocho días de fuego han calcinado en Galicia unas 50.000 hectáreas de superficie forestal, de las que la mayor parte, unas 40.000, corresponden a la provincia de Pontevedra. Es un balance oficioso, porque la Consellería do Medio Rural dejó de publicar sus informes diarios el pasado día 4, coincidiendo con el inicio de la peor oleada de incendios. Hasta esa fecha se habían quemado este año en toda la comunidad 14.172 hectáreas en 4.270 incendios. El Gobierno gallego se limitó a confirmar ayer, por primera vez desde el inicio de la ola de incendios, que «hace algunos días» quedó superada la cifra de 10.000 hectáreas arrasadas. El vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, afirmó que es «imposible» dar una cantidad exacta porque el parte de fuegos varía de una hora a otra. En algunos municipios pontevedreses ha ardido más de la mitad de la superficie forestal. Soutomaior, Oia, Arbo, Cotobade, Pontecaldelas, Meis y Vilagarcía son los más afectados. En el conjunto de la provincia se quemaron ya unas 40.000 hectáreas, el 8,9% de su superficie total y el 13% del patrimonio forestal, que totaliza algo más de 302.000 hectáreas. El Plan Infoga 2006 de lucha contra los incendios catalogó como de alto riesgo 86.000 hectáreas de uso forestal de la provincia pontevedresa, de las que casi la mitad se ha convertido ya en cenizas. La inmensa mayoría de la masa arbórea arrasada estaba formada por eucaliptos, pinos y robles. Las restantes 10.000 hectáreas quemadas en Galicia corresponden sobre todo a la provincia de La Coruña, donde las zonas de Santiago y Barbanza son las más castigadas. El horror se extiende En el horror gallego se ha ampliado el frente de batalla al surgir nuevos incendios al norte y al sur de la comunidad, que eran los extremos aún no afectados de la geografía atlántica gallega. Las localidades de Ares, Mazaricos, Fisterra y Muxía, al noroeste de Coruña, y Oia y Baiona, en el extremo sur de Pontevedra (muy cercanas a la frontera portuguesa del Miño), fueron algunas de las nuevas visitas que hizo el fuego. Y ni las islas se salvan, porque las llamas saltaron hasta la Isla de Arousa, muy próxima a Vilanova y unida a ella por un puente sobre la ría, donde las llamas afectaron a algunas casas. A media tarde del jueves el recuento era de 114 incendios en toda la comunidad, de los que 66 seguían fuera de control. Pontevedra y Coruña se mantienen como las provincias más afectadas. De madrugada fue detenido en Noia, como resultado de denuncias de vecinos, otro hombre de 34 años. Los fuegos de la última semana han convertido este año en el peor desde 1989, cuando se quemaron casi 72.000 hectáreas en los siete primeros meses, según datos oficiales de Medio Rural. Desde entonces, el peor balance se había registrado en el 2004, cuando Galicia perdió 29.600 hectáreas en el mismo período. El más benévolo fue el de 1993, con poco más de 3.000.