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«¿De verdad se trata de británicos?»

Un niño guarda cosas en su mochila para facturar

Publicado por
Samir Tounsdsi - londres
León

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El aeropuerto londinense de Heathrow, el más concurrido de Europa, se convirtió ayer en una trampa para los miles de pasajeros que trataban de marchar de las islas y tuvieron que quedarse en tierra. A falta de información oficial, la gente se apelotonó frente a las extraplanas pantallas de televisión para ver qué contaba la BBC sobre lo que estaba ocurriendo. «¿Se sabe dónde ocultaban las bombas?», preguntaba Jessica, de 19 años, que esperaba paciente, en fila, junto a otras miles de personas. «¿Cuál era la nacionalidad de las personas detenidas? ¿De verdad se trata de ciudadanos británicos?», exclamaba su abuela, Nancy Schroeder, de 68 años, que viaja con su familia a San Diego (California) en un vuelo de United Airlines. Después de la facturación, los pasajeros era sometidos a minuciosos registros, y las filas de gente que debía pasar por la revisión de seguridad eran inmensas. Jenniffer, una pasajera de sesenta años, se mostraba atónita al escuchar que los presuntos terroristas planeaban hacer estallar en vuelo varios aviones trasatlánticos. «Claro que tengo miedo. Nunca voy a olvidar las torres gemelas en Nueva York», recordaba. En cambio, Linda Cowie, una escocesa de 50 años, que pretendía partir con destino a a Los Ángeles con American Airlines, aseguraba que no sentía miedo alguno: «No nos van a disuadir de viajar». «¿Porqué tendría miedo? No puedo hacer nada para detener el curso de los acontecimientos», agregaba con fatalismo Gordon Smith, un jubilado de Newmarket, que esperaba desde hacía horas tomar un avión rumbo a Chicago. Al llegar a la terminal, los pasajeros eran informados de que no se les permitía llevar equipaje de mano y de que sólo podrían subir al avión lo más esencial en una bolsa de plástico. Por ello, muchos pasajeros tuvieron que facturar artículos que habitualmente suelen viajar en el bolso de mano, como ordenadores portátiles o teléfonos móviles. «¿Me asegura usted que mi ordenador no llegará roto a El Cairo? ¿Se hará cargo usted personalmente de pagármelo si me lo rompen?», advertía en tono airado Michael Reine a una empleada de British Airways. Paciencia infinita Salvo casos puntuales, no obstante, la actitud de la gente fue pacífica. En ningún momento se vivieron escenas de caos y las decenas de miles de pasajeros dieron muestra de una paciencia infinita, lo que quizá no ocurriría en otras partes del mundo. «Estoy seguro que todas estas precauciones son necesarias», aseguraba, tranquilo, un pasajero que llegó al aeropuerto a las 5 de la mañana, y que media tarde aún no estaba seguro de si podría viajar a Canadá. «La preparación de los atentados tiene la marca de una conspiración de Al Qaeda» Robert Mueller, jefe del FBI

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