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La planeada matanza no tendría precedentes, ya que en cada avión que iba a ser atacado viajaban 400 pasajeros

24 terroristas estaban listos para una masacre aérea de dimensión mundial

Los detenidos por Londres son británicos de origen paquistaní pero la policía busca a cinco

Policías armados vigilan a los pasajeros concentrados en el aeropuerto londinense de Gatwick

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Imanol Allende - corresponsal | londres
León

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La amenaza terrorista vuelve a planear sobre EE.UU. y el Reino Unido. Ayer, Londres estableció la máxima alerta por inminente ataque terrorista después de que los servicios de inteligencia y la policía británicos abortasen un plan que iba a causar «una matanza sin precedentes», según fuentes policiales. Los terroristas pretendían hacer estallar artefactos explosivos, ocultos en equipajes de mano, en diez aviones en pleno vuelo entre Gran Bretaña y EE.UU. Según fuentes relacionadas con la investigación, la frustrada maniobra terrorista estaba dirigida contra los aeropuertos de cinco grandes ciudades norteamericanas: Nueva York, Chicago, Washington, Los Ángeles y Boston. En la operación policial fueron detenidos, en la madrugada de ayer, 24 supuestos terroristas en Londres, Birmingham y High Wycombe. Según diversas fuentes, 22 de los arrestados son de origen paquistaní, uno es de Bangladesh y otro de Irán. La policía no dio por cerrada la operación y cree que la lista de detenidos podría aumentar en las próximas horas. De hecho, algunas fuentes alertaban de que todavía se busca a cinco personas supuestamente relacionadas con el intento de atentado, y se registraban casas en Londres y alrededores. Al conocer la amenaza, el aeropuerto de Heathrow fue completamente cerrado al tráfico aéreo y sólo se permitió el aterrizaje de los aviones que estaban en el aire en el momento de la clausura de operaciones. El aumento de la vigilancia y la seguridad afectó al resto de los aeropuertos británicos y europeos, lo que provocó cancelaciones y un enorme caos aeroespacial. En total, 302 vuelos que debían aterrizar en el aeropuerto londinense de Heathrow, y 309 que debían despegar de sus pistas, fueron anulados tras conocerse la amenaza terrorista. El nivel de alerta se elevó, por supuesto, en Estados Unidos, pero además también se tomaron medidas especiales en España, Alemania, Suecia, Dinamarca y la India para los vuelos hacia Gran Bretaña, mientras que Italia desaconsejaba a sus ciudadanos que se desplazaran a los aeropuertos británicos. En Rusia, se efectuaron registros suplementarios a pasajeros y equipajes. Las autoridades abrieron Heathrow a media tarde, aunque sólo para vuelos nacionales, y para los europeos que no duren más de tres horas. Estado crítico Al conocer la naturaleza de la operación terrorista, las autoridades británicas decretaron el máximo estado de alerta en el país, el denominado crítico, lo que significa que los servicios de inteligencia esperaban un ataque inminente, tal vez ayer mismo. Todo el territorio británico se encuentra en un nivel de amenaza extremadamente alto (el quinto en una escala de cinco), sólo veinticuatro horas después de que el ministro del Interior, John Reid, alertara a los ciudadanos de que el país se encontraba en su momento de mayor peligro ante posibles atentados terroristas desde la Segunda Guerra Mundial. Se sospecha que el macroataque terrorista se iba a cometer contra aviones Boeing 747, que pueden transportar hasta 400 pasajeros, lo que da una idea de la magnitud de la amenaza terrorista, que podría causar más muertos que el ataque contra las Torres Gemelas de Nueva York, en el 2001. El Comité de Emergencia del Gobierno británico, conocido como Cobra, se reunió ayer para examinar la situación y el grado de amenaza que vive el país. Por la mañana, el primer ministro, Tony Blair, de vacaciones en el Caribe, explicó por teléfono los pormenores de la operación al presidente norteamericano, George Bush. Mientras, el número dos de Scotland Yard, Paul Stephenson, aseguró que la operación terrorista pretendía cometer «un asesinato en masa de una amplitud inimaginable». El jefe del departamento antiterrorista, Peter Clarke, destacó que la red identificada tenía «una dimensión mundial». Y ahí es donde recaen las sospechas sobre la red de Al Qaida, aunque Londres no se quiso apuntar a ninguna organización. Sí lo hizo el secretario de Estado de EE.UU. para la Seguridad Nacional, Michael Chertoff, que apuntó a Al Qaida como responsable de lo que pretendía ser una masacre. Estados Unidos, que aparece como el objetivo final del macroatentado, reveló también que las líneas aéreas cuyos aviones iban a ser atacados son American Airlines, Continental Airlines y United.

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