Diario de León

El anterior gobierno del PP y sus dirigentes como Rajoy acapararon la mayoría de las críticas

Miles de voces vuelven a gritar en Galicia «Nunca Máis», ahora contra el fuego

La plataforma exige la movilización de la sociedad contra los incendiarios y sus intereses ocultos

Miles de personas secundaron la llamada de la plataforma Nunca Máis, ahora contra los incendios

Miles de personas secundaron la llamada de la plataforma Nunca Máis, ahora contra los incendios

Publicado por
Cristina Barral
León

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Casi cuatro años después de que se hundiera el Prestige , la Plataforma Nunca Máis desplegó de nuevo sus pancartas para protestar por la nueva catástrofe ecológica que ha caído sobre Galicia. El grito fue ayer Lumes nunca máis (Incendios, nunca más) y lo corearon por las calles de Santiago más de 20.000 gallegos, según la Policía Municipal, más de 35.000 de acuerdo a los cálculos de la organización. Nunca Máis mantuvo también el ambiente festivo y reivindicativo que acuñó durante los días de la gran marea negra. Gaitas, tambores y máscaras acompañaron la marcha, que transcurrió sin incidentes. Al frente de la misma repitieron caras conocidas del mundo cultural que alzaron la voz contra la gestión de la crisis del Prestige . A su lado desfilaron asociaciones vecinales, organizaciones ecologistas, brigadistas con aperos de extinción, junto a dirigentes del PsdeG y del BNG, socios en el gobierno bipartito de la Xunta, Ricardo Varela, secretario de organización de los socialistas gallegos, el coordinador ejecutivo del Bloque, Francisco Jorquera, o Carlos Aymerich portavoz parlamentario de los nacionalistas, entre ellos. La plataforma llamó a la conciencia de la sociedad gallega para parar el «terrorismo incendiario», y a aislar a los incendiarios y los intereses ocultos tras la ola de fuegos provocados este mes de agosto. En el manifiesto, se destacó los objetivos prioritarios de la movilización: demostrar el repudio de la ciudadanía a estas prácticas de terrorismo medioambiental, manifestar la solidaridad con los afectados, y exigir un cambio en las políticas forestal y rural. «Es necesario -dijo la cantante Uxía Senlle, encargada de leer el manifiesto- «presionar a los poderes públicos, gobierno y administraciones para que esto sea así». «Combatir el fuego es apagarlo pero es, sobre todo, impedir que el fuego prenda», recalcó. Prevención El «abandono» del mundo rural y las repoblaciones forestales con especies de crecimiento rápido pero empobrecedoras del suelo y muy combustibles, como el eucalipto y el pino, fueron dos de las críticas más repetidas por los manifestantes contra los anteriores gobiernos autonómicos del PP. Los incendios que asolan cada año la masa forestal gallega no son inevitables «porque son intencionados», y guardan estrecha relación con una «errónea política de montes», destacó el presidente de la Organización Gallega de Montes Vecinales, Xosé Alfredo Pereira. La plataforma apuesta por reorientar las políticas forestales hacia la siembra de especies autóctonas, la diversificación del espacio natural, recuperar a la población para el medio rural, y dedicar más medios a las políticas preventivas del fuego y a la investigación de las causas y autoría de los incendios. En medio de un mar de banderolas y pancartas, los manifestantes corearon eslóganes como «Incendiarios mercenarios», o «¿A quién beneficia que arda Galicia?». El anterior gobierno del PP y sus actuales dirigentes, como Mariano Rajoy, acapararon la mayoría de las críticas -una pancarta rezaba «Partido Popular, terrorismo ambiental»- pero también se alzaron voces contra el presidente del Gobierno y el equipo de la Xunta. Los convocantes exigieron la creación de una comisión de investigación en el Parlamento gallego que vaya más allá del rifirrafe político y el cruce de acusaciones entre partidos, y saque conclusiones provechosas para evitar una nueva ola de incendios masivos y provocados. La marcha concluyó en torno a las dos de la tarde en la emblemática plaza de la Quintana. Ponte Caldelas, uno de los municipios pontevedreses de la zona cero de los incendios forestales, inició el viernes los trabajos de restauración del suelo quemado en sus montes comunales. Según el presidente de la Mancomunidad de Montes de Ponte Caldelas, Alberto Lema, la extensión calcinada ronda las 5.000 hectáreas entre superficie agrícola y forestal (comunal y de particulares). La actuación, que arrancó en una zona de pinos de Barbudo limítrofe con Chaín, se extenderá por toda Galicia. Básicamente, consiste en la instalación de cubiertas herbáceas, sembradas a mano en las laderas de los montes para evitar la erosión de las zonas arrasadas por el fuego. En los trabajos, que deben estar listos antes de que lleguen las lluvias del otoño, participa un pequeño grupo de voluntarios y el retén de la mancomunidad, integrado por siete personas y que fue contratado hasta mediados de diciembre. Trabajo lento El trabajo, que se realizó a mano, es lento y requiere estar en buena forma. Las únicas máquinas que se emplearon fueron dos desbrozadoras (que junto al viento rompieron el silencio del monte quemado de Barbudo), tijeras y rastrillos. Las bandas vegetales se formaron con restos de desbroce de una zona no quemada situada al otro lado de la carretera, ramas de árboles calcinados y piedras. Por cada metro de barrera, se sembraron diez metros con tres tipos de semilla. El dirigente de la entidad que agrupa a 23 de las 31 comunidades de montes de Ponte Caldelas resumió el sentir general: «Es más fácil destruir que regenerar». La labor que comenzó ayer en Ponte Caldelas será habitual en todas las zonas afectadas de Galicia. La idea, según De la Fuente Villar, es que las comunidades de montes coordinen los equipos, que a su vez dependen directamente de Vicepresidencia de la Xunta (voluntarios) y de la Consellería de Medio Rural (técnicos). Cinco mil voluntarios Cerca de 5.000 voluntarios llamaron al teléfono habilitado por la Xunta el 9 de agosto para ofrecer su ayuda contra el fuego. Durante los días críticos de la oleada de fuegos, los voluntarios realizaron labores de vigilancia y prevención y de apoyo logístico a las brigadas. Sólo con el fuego apagado asumieron trabajos de limpieza y recuperación.

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