«Al peregrino que llegue hastaaquí hay que darle un premio»

El tramo más polémico del Camino de Santiago es el que une La Virgen del Camino y Hospital de Órbigo, y más concretamente la denominada variante de Villar de Mazarife, por la que ya han pasado este año algo más de 5.000 peregrinos de los 18.563 que pernoctaron en León capital. El resto lo han hecho siguiendo el itinerario que atraviesa Villadangos del Páramo. Pero el viejo encuentro que existe entre los defensores de ambas opciones está yendo cada vez más lejos, con los peregrinos como principales perjudicados. Este periódico ha podido constatar cómo los mojones que señalizan la variante de Villar en la bifurcación de los dos ramales, a la altura de la Virgen del Camino, han sido derribados intencionadamenet y escondidos entre la maleza. Unos metros antes, en el casco urbano de la Virgen, la señal que muestra el mapa del camino hasta Hospital de Órbigo y sus variantes ha sido pintada con un espray que anula el tramo alternativo, con la consiguiente indignación de los propietarios de los tres albergues que hay en Villar. El más antiguo, regentado por Jesús García García, ha registrado este año casi 2.000 pernoctaciones. «Al peregrino que llegue hasta aquí hay que darle un premio», denuncia. Este tipo de fechorías están tipificadas como faltas urbanas, por lo que de encontrarse al autor las consecuencias serían mínimas, como recuerda José María Giner Pérez, uno de los responsables del albergue San Antonio de Padua, visitado este año por 2.039 peregrinos. Por el albergue Tío Pepe han pasado casi mil caminantes, según informó la propietaria, Loli Vicente. La Iglesia da por válidos ambos caminos, el de Villadangos y el de Villar, y los dos tienen siglos de historia, razones suficientes para dejar la ruta jacobea en paz. «Así se hizo el Camino», recuerda Juan Carlos Pérez, de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Astorga.