Una gota fría provoca cuantiosos daños en la costa de Barcelona

Las lluvias tormentosas caídas en las últimas horas en la costas de barcelonesas del Maresme y La Selva provocaron ayer cuantiosos daños materiales. El momento crítico fue la medianoche del sábado, cuando se llegaron a recoger hasta 50 litros por metro cuadrado en menos de media hora. La peor parte se la llevó la localidad de Calella, en la que la riada arrastró hasta cerca del mar al menos treinta y cuatro vehículos que estaban aparcados en lo que es el cauce de un río pero que está siempre seco. Una joven tuvo que ser rescatada del interior de su coche cuando era arrastrado hacia el mar junto con otros vehículos y árboles. Una alerta muy lenta El alcalde de Calella, Josep Basart, denunció ayer que el aviso de fuertes lluvias llegó demasiado tarde al ayuntamiento, por lo que no hubo tiempo suficiente para reaccionar y activar el dispositivo de emergencia ante una posible riada. La alerta meteorológica se activó apenas unos minutos antes de que se iniciara la tormenta, lo que impidió que se pudiera avisar a los conductores. Dada la intensidad de las lluvias, los Bomberos de la Generalitat, junto con efectivos de otros cuerpos de emergencia, tuvieron que rastrear la zona de Calella para comprobar que no había muertos ni desaparecidos.