Veinte leoneses participan cada año enprogramas de cooperación internacional

León envía cada año una veintena de cooperantes y voluntarios al extranjero para colaborar en tareas de educación, sanidad y asistencia social en países subdesarrollados y en vías de desarrollo. La celebración hoy, por primera vez, del Día del Cooperante, pone de manifiesto la impagable labor que estos colaboradores realizan año tras año. En este sentido hay que señalar que resulta difícil establecer un «censo» de desplazados desde León «porque el tejido asociativo más allá de las plataformas nacionales no está muy desarrollado», explica Francisco Valverdú, representante en León de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo, quien matiza que la situación en León de este sector viene determinada por «la labor de captación que hacen las sedes nacionales de oenegés a través de delegaciones» y no tanto por la gestión directa desde León, aunque precisa que en el caso de oenegés como Sed esta tarea sí se desarrolla desde la capital leonesa. El colectivo de cooperantes y voluntarios ha permanecido desatendido, en lo que a informes se refiere, durante los últimos años. Es ahora, con la aprobación del Estatuto del Cooperante a mediados del 2006 y la pendiente reglamentación del mismo, cuando se pone de manifiesto -numéricamente- la tarea que realizan. El estatuto refleja una serie de derechos y deberes que incluye la concesión de un seguro colectivo porque aunque los cooperantes cotizan en la Seguridad Social, como en muchos de los países en los que trabajan no existe un sistema público de salud de garantía ni convenios con la administración española, las oenegés y los mismos cooperantes debían contratar hasta ahora seguros privados y más caros. Este seguro colectivo estará «en su mayor parte» sufragado por la Agencia Española de Cooperación y será compatible con otros seguros que puedan tener los cooperantes. El texto, además, favorece la reinserción en la vida laboral de España cuando concluya su contrato y dispone una serie de derechos y deberes atender por parte de las oenegés y los interesados. El primer cómputo realizado se desarrolló en junio del 2005 de la mano de la Asociación Profesional de Cooperantes, que estimó en 1.400 los cooperantes que cada año realizan tareas de ayuda humanitaria en al menos 63 países de los cinco continentes, de los cuales 200 trabajan en países en guerra. Cooperante y voluntario Hay que destacar por separado las labores de los voluntarios y de los cooperantes. Ambos realizan tareas de ayuda humanitaria, pero su situación es diferente. Como cooperante se entiende aquella persona que pasa varios meses en países receptores de ayuda internacional en tareas de colaboración al desarrollo o ayuda humanitaria con una relación contractual con la oenegé que desarrolla el proyecto. Se excluyen de este grupo las figuras no remuneradas, los que trabajan en cooperación comercial o cultural y misioneros. Los voluntarios, por su parte, realizan labores de apoyo a la educación y desarrollo, durante épocas concretas y sin remuneración. Además, su estancia en el extranjero es más corta y se busca que no exista una relación de dependencia de los proyectos con las personas para que otro pueda incorporarse sin lastrar el devenir del trabajo, algo que no sucede con los cooperantes, que en ocasiones hacen de auténticas delegaciones de la oenegé en los países en vías de desarrollo.