Interior recupera las grandes competencias sobre Extranjería
Dos años y medio después de la desaparición de la Delegación del Gobierno para la Extranjería, el Ministerio del lnterior recupera las grandes competencias de la política de inmigración, que desde la llegada del Gobierno de Rodríguez Zapatero habían pasado al Ministerio de Trabajo. El departamento que dirige Jesús Caldera queda ahora sólo para gestionar la inmigración legal y la integración de los extranjeros con papeles. La reestructuración de Interior aprobada ayer por el Consejo de Ministros incluye la creación de una gran Dirección General de Relaciones Internacionales y Extranjería dependiente directamente del secretario de Estado, Antonio Camacho, y del propio Alfredo Pérez Rubalcaba. Este nuevo organismo estará dirigido por Arturo Avelló, un diplomático bregado en países americanos y africanos. Según fuentes del Gobierno, el diseño hecho hace dos años que situaba en el centro del organigrama de la política de Extranjería a la Secretaría de Estado para la Inmigración y la Emigración (dependiente del Ministerio de Trabajo) se ha quedado «obsoleto», pues se centraba demasiado en la integración de los inmigrantes legales sin evidenciar los «esfuerzos del Gobierno por combatir la inmigración clandestina». En la gestión de la crisis de Canarias el Ministerio del Interior ha estado en primera línea, mucho más visible que Trabajo o la Secretaría de Inmigración.