España y Senegal acuerdan reforzar el control aéreo para frenar el éxodo ilegal

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y su homólogo senegalés, Ousmane Ngom, acordaron ayer reforzar los medios aéreos para controlar la llegada masiva de cayucos a las Islas Canarias procedentes del país africano. Pérez Rubalcaba y Ngom, que se reunieron ayer en Madrid, no precisaron cuántos aviones y helicópteros se sumarán al dispositivo ya existente contra la inmigración ilegal, si bien el ministro español prometió al senegalés que el Ejecutivo está dispuesto a regalar los aparatos a las autoridades de Dakar. Los dos titulares de Interior se felicitaron por el funcionamiento del dispositivo europeo Frontex que desde hace días vigila las costas senegalesas y en el que participan dos patrulleras españolas, una italiana, un helicóptero y dos aviones de la UE. Pérez Rubalcaba y Ngom insistieron en las buenas relaciones entre ambos países e, incluso el ministro español bromeó diciendo «que nos llamamos mañana, tarde y noche» y que «parecemos del mismo Gobierno». No obstante, ambos no pudieron ocultar la falta de acuerdo entre Madrid y Dakar para que las autoridades del país subsahariano empiecen a aceptar la repatriación de los miles de senegaleses llegados al archipiélago. Ousmane Ngom se limitó a hacer una de declaración de intenciones: el Gobierno de Dakar quiere «tolerancia cero» con la inmigración clandestina. Pérez Rubalcaba, según explicó poco antes del encuentro, centró sus esfuerzos en intentar arrancar un triple compromiso de las autoridades de Dakar. El primero es lograr que Senegal controle sus propias fronteras, para lo que insistió en que España, como ya ha hecho, está dispuesta a aportar todo tipo de medios humanos y materiales. El segundo objetivo de la reunión es conseguir que el país africano admita el patrullaje conjunto de sus costas y el último, muchos más difícil, que el Gobierno de Dakar admita la readmisión de sus inmigrantes llegados a las Islas Canarias. Por su parte, De la Vega, antes de la reunión, reconoció que solventar los problemas con Senegal no «es una tarea fácil» y que avanzar en este asunto «requiere tiempo».