De donde no ha llegado la mano humana, a las basuras en la ruta jacobea
Un espectáculo que ningún leonés debe perderse es contemplar la unión de los ríos Torío y Bernesga y el poderío de la naturaleza en este tramo fluvial (en pleno estiaje) considerado uno de los más valiosos desde el punto de vista de la biodiversidad en una capital. La mano humana todavía no se ha posado sobre este abrazo fluvial de alisos, sauces de todo tipo, chopos y fresnos. El parque aledaño que se pretende acondicionar en este último rincón salvaje del río será «un beneficio para toda la ciudad», señalan en Medio Ambiente, puesto que permitirá llevar hasta la misma orilla del río el recreo ciudadano. Hace falta también que la humanización de la zona no la convierta en un depósito de basuras, como el que se observa sobre el dique de San Marcos, con cubos de basuras, ruedas y plásticos adornando el paseo del histórico puente por el que pasan a diario miles de peatones y prácticamente todos los peregrinos que llegan a Santiago de Compostela. El caminante podría ser invitado a descansar y deleitarse con la flora y la fauna, como se hace en el Torío. «El objetivo no es privatizar sino mejorar la gestión y dotar a León de un nuevo parque» COVADONGA SOTO, concejala de Medio Ambiente