Diario de León

Maragall asegura que Cataluña ya es una nación y que «sería ridículo pedir la independencia»

Pasqual Maragall presidió ayer su última Diada

Pasqual Maragall presidió ayer su última Diada

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Paco Soto - barcelona
León

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Pasqual Maragall afirmó ayer que con la aprobación del nuevo Estatuto de autonomía, Cataluña «es una nación» y «sería ridículo pedir la independencia» En su última Diada como presidente de la Generalitat, señaló que «la existencia de Europa es una garantía de que nadie se come a nadie y todos continuamos siendo lo que somos: los catalanes, catalanes; y los castellanos, castellanos». El responsable del Gobierno catalán presidió por última vez los actos del 11 de septiembre, que conmemoran la ocupación de Barcelona por las tropas de Felipe V en 1714. «Una derrota -recordó Maragall- que se convirtió en reivindicación y ahora, en 2006, es una victoria. La gran victoria del Estatuto, gracias a todos». La fiesta de este año tuvo especial significado por ser también la primera tras la aprobación del nuevo marco autonómico, un legado que Maragall quiso resaltar. «El nuevo estatuto reconoce a Cataluña como una nación dentro de la nación de naciones que es España», un objetivo, recalcó, que aunque «ha costado mucho de conseguir, lo hemos conseguido y es una gran victoria». El presidente insistió en que «Cataluña ha conseguido lo que quería y hemos llegado al punto que queríamos llegar», es decir, que la comunidad «es una nación reconocida como tal por el Parlamento español». Con esta conquista dio por satisfecha la voluntad de autogobierno y opinó que reclamar la independencia «no serviría de nada y sería ridículo en la Europa de hoy». La proximidad de las elecciones autonómicas se notó en las celebraciones, donde proliferaron las ofrendas florales, los coros musicales, los desfiles y las izadas de banderas. Todos los candidatos y dirigentes políticos quisieron estar presentes en los actos institucionales, excepto la cúpula del PP en la ofrenda en el monumento de Rafael Casanova para evitar las agresiones sufridas en años anteriores. El president cedió el protagonismo a los dos principales candidatos a la Presidencia de la Generalitat, el socialista José Montilla y el nacionalista Artur Mas. Montilla y Mas se saludaron efusivamente y se desearon «suerte» y «votos». Maragall también aludió a los comicios del 1 de noviembre para augurar que «van a ganar los buenos».

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