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El Ejecutivo tiene constancia de que crece el malestar entre los reclusos ante la falta de avances

El Gobierno no acercará presos mientras siga la violencia callejera

Interior considera que este paso no va a servir de momento para dar un impulso al proceso de paz

Publicado por
Ramón Gorriarán - madrid
León

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El PNV ha hecho llegar en las últimas semanas al Gobierno mensajes sobre la conveniencia de efectuar un acercamiento de presos de ETA a cárceles próximas a Euskadi y Navarra como medida para desbloquear el proceso de paz. El Ministerio del Interior sopesó en un principio a la idea, pero siempre sujeta a que hubiera un cese de la kale borroka . Al final descartó dar el paso porque consideró que ese movimiento no iba a servir para dar un impulso al proceso de paz. El presidente de la formación nacionalista, Josu Jon Imaz, ha planteado varias veces a Alfredo Pérez Rubalcaba efectuar una aproximación de reclusos de ETA al País Vasco para relanzar un proceso de paz en horas bajas. El Gobierno, por primera vez, tomó en consideración la propuesta en las últimas semanas, aunque no dio una respuesta definitiva al presidente del PNV. Se barajó incluso un acercamiento selectivo de un grupo no muy numeroso de terroristas encarcelados. El objetivo era, según explicaron fuentes gubernamentales, «dar un poco de oxígeno» a una situación bloqueada. La Moncloa reconoce que el acercamiento de presos de ETA «está sobre la mesa», pero como otras medidas para facilitar el objetivo de lograr el final de la violencia. El Gobierno se ha colocado una premisa inexcusable para hacer un movimiento en ese sentido: el cese de la violencia callejera. En la tregua de 1998, el Ejecutivo que presidía José María Aznar trasladó a la península todos los presos de ETA recluidos en cárceles de Canarias y acercó al País Vasco y Navarra a 135 internos, pero la escalada de episodios de kale borroka no cesó. Las mismas fuentes rememoran que el Gobierno de Tony Blair admitió que uno de sus errores en el proceso de paz con el IRA y el Sinn Fein fue autorizar la salida masiva de presos de las cárceles tras los acuerdos de Viernes Santo de 1998 sin tener cerrado un acuerdo sobre el desarme de la organización terrorista. Este hecho y las posibles medidas con los presos fue comentado por José Luis Rodríguez Zapatero y el primer ministro británico en la reunión de dos horas que mantuvieron el pasado martes. El Ejecutivo ha puesto asimismo como condición para autorizar una aproximación de presos de ETA que una decisión en ese sentido debería servir para dar un impulso al proceso, es decir que tuviera un reflejo en cambio de posiciones. El análisis gubernamental concluyó, sin embargo, que dar ese paso en las actuales circunstancias sólo serviría para que Batasuna lo interpretase como un síntoma de debilidad y nerviosismo. La opinión gubernamental se vio abonada con el asalto sufrido en la madrugada de ayer en el ayuntamiento de la localidad guipuzcoana de Pasajes, gobernado por el Partido Socialista de Euskadi. ETA, por otra parte, tampoco pondría en valor la iniciativa, según la opinión de fuentes las gubernamentales consultadas, ya que se opone a un esquema de paz por presos si antes no se producen avances en el terreno político, léase en la constitución de la mesa de partidos. En consecuencia, el Gobierno prefirió aplazar la medida hasta no tener constancia de que la violencia callejera declina y de que Batasuna no va a volver a tolerar, cuando no a alentar, los actos vandálicos. La Moncloa admite que con su negativa a proceder a aproximaciones de presos corre el riesgo de que la situación en las cárceles se enrarezca pues tiene informes de que existe un creciente malestar entre los reclusos porque tras seis meses de alto el fuego sólo ha habido cruce de declaraciones.

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