Pacto de no agresión

José Luis Rodríguez Zapatero seguirá adelante con su propuesta de alcanzar un gran pacto nacional en materia de inmigración con todas las formaciones políticas a pesar del más que probable rechazo del PP. Fuentes gubernamentales explican que la posible «autoexclusión» del primer partido de la oposición no paralizará la iniciativa y que, en caso de que Mariano Rajoy rechace la propuesta, el Ejecutivo intentará cerrar un acuerdo de 'no agresión' con el resto de grupos parlamentarios. El Gobierno quisiera sellar ese pacto con el PP porque «lo sensato y razonable» es que los dos grandes partidos de España lleguen a un acuerdo sobre las principales líneas estratégicas en política de extranjería. Consideran que se trata del mayor desafío que la sociedad afrontará en las próximas décadas y que es necesario un consenso nacional y europeo. A estas alturas, el Ejecutivo ve casi imposible la adhesión del PP, pero fuentes gubernamentales advierten de que el rechazo de Rajoy no impedirá alcanzar un acuerdo con el resto de grupos parlamentarios, que sí se han mostrado receptivos a la propuesta. Rebajar las críticas El Gobierno tratará entonces de alcanzar un pacto de 'no agresión' para rebajar las críticas de los partidos, aunque su principal rival, el PP, se descuelgue de esta línea de conducta. Si hay pacto con el resto de grupos, los populares se quedarán solos en sus reproches. Una situación que La Moncloa sabe que no va a amilanar al partido opositor. El Ejecutivo, sin embargo, está preocupado porque la inmigración se ha convertido en el segundo problema que más inquieta a los españoles, según el último estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas. La avalancha de cayucos de los últimos meses, las críticas de algunos socios europeos a la última regularización masiva de extranjeros y la dificultad de controlar las fronteras son los principales motivos por los que el Gobierno busca entre los grupos parlamentarios aliados que se involucren en la búsqueda de soluciones.