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El Ejecutico teme que la formación se sienta ahora cómoda y con un papel relevante

El Gobierno sospecha que Batasuna retrasará al máximo su legalización Ibarretxe: «Reconciliación no significa amnesia»

El PP supedita el reconocimiento del partido nacionalista al abandono de las armas de ETA

JAVIER ECHEZARRETA

Publicado por
Ramón Gorriarán - madrid
León

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El Gobierno cree que Batasuna no va a dar una respuesta inmediata al emplazamiento de José Luis Rodríguez Zapatero para legalizarse y que, por el contrario, dilatará al máximo dar ese paso. En el Ejecutivo no se atreven a hablar de plazos, pero se malician que el partido ilegalizado esperará hasta que las elecciones municipales estén encima. E igual ni eso, ya que hay quien piensa en La Moncloa que es posible que Batasuna opte por presentar agrupaciones de electores a los comicios locales o vuelva a recurrir al Partido Comunista de las Tierras Vascas. Batasuna ha dado sobradas muestras de la fidelidad de su electorado y de que no necesita tiempo para dar a conocer a sus candidatos, lo demostró con su respaldo al ignoto EHAK, las siglas en euskera del Partido Comunista de las Tierras Vascas, en las votaciones autonómicas de abril del año pasado y en las que cosechó unos excelentes resultados. El Gobierno es consciente de esta circunstancia y cree que el partido ilegalizado rebañará hasta el último día y aplazará hasta que sea inevitable el paso por el registro del Ministerio del Interior para ser legal y concurrir de cuerpo presente a las elecciones municipales. El análisis gubernamental apunta a que los dirigentes de Batasuna están cómodos con su ilegalidad porque, a pesar de tener restringida su actividad pública por el auto dictado por el juez Fernando Grande-Marlaska en enero último, están en el centro de la vida política vasca y el resto de formaciones políticas, incluido el Partido Socialista de Euskadi y exceptuado el PP, les otorgan un papel de interlocutor en pie de igualdad con los demás. El PP considera que es insuficiente que Batasuna haga una condena expresa de la violencia para ser legalizada. Para dar ese paso «es necesario», según explicó el secretario de Libertades Públicas del partido opositor, «que ETA abandone la violencia». Ignacio Astarloa sostuvo que el terrorismo «no ha desaparecido» y en consecuencia «los terroristas no pueden estar en las instituciones». El lendakari, Juan José Ibarretxe, abogó ayer por hacer de los derechos humanos un «terreno sagrado» y por no repetir los errores del pasado en el futuro, cuando los ciudadanos tendrán que «mirarse a los ojos sin el muro de distorsión de la violencia». Ibarretxe hizo estas declaraciones en Oñati (Guipúzcoa) durante el acto de inauguración del Centro por la Paz de Aránzazu, Baketik. El leendakari insistió en que no puede se construir el proceso de paz sobre el olvido, ya que, reconciliación no significa «amnesia».