«Ni tacones, ni sillas de ruedas, mejor madreñas»

Leyendas urbanas o anécdotas increíbles. La maquinaria del boca a boca se ha puesto en marcha y los comentarios se suceden. En el bar Siglo XXI dicen que un vecino de José María Fernández se encontró de sopetón con las máquinas frente a su garaje y lleva semanas sin poder sacar el coche. El propietario de este local se queja de que los operarios de las obras han dejado plantada frente al establecimiento maquinaria pesada «porque se les acabó el gasóleo», le dijeron. La conversación se alegra y se apunta un matrimonio indignado con casi todo. «No es un proyecto de futuro, un proyecto de futuro sería quitar estos accesos de barrio pobre y hacer un subterráneo hasta Santo Domingo», asevera el hombre. «Y que cojan los planos de León, porque en ese cruce [señala la mujer con el índice un lugar en obras] se encontraron con un acuífero... y la que prepararon». «¡A lo mejor hay que recordarles que un poco más para allá pasa una vieja presa!». Historia desde el subsuelo En el subsuelo de este barrio está enterrada la historia de lo que fue El Ejido, divido a principios del siglo XX en El Ejido de las Casas y El Ejido del Quintín ( Serie Calles de León, de Javier Tomé y Armando G. Colino). Entonces, eran territorios agregados a la ciudad, pero que se encontraban en las afueras de lo que entonces se consideraba propiamente urbano. Apenas había 200 habitantes, pero de aquella no eran pocos. Hoy son más de 24.000, según los datos que maneja la asociación de vecinos que canaliza las principales reivindicaciones del barrio. Su secretario, Ricardo Camino, vive personalmente el conflicto de trasladar a su mujer, con problemas de movilidad, por la zona en obras. Recuerda que la regresión de El Ejido comenzó con el desarrollo del área de La Palomera y el aislamiento que supuso el cierre de la calle Ancha a la altura de José María Fernández. «La situación global del barrio es que la pobreza se apodera de los comercios. Esto está durando meses y no hay muchos negocios que puedan soportar esa carga». Una de las preguntas que no le han aclarado cuestiona lo que pasará con las 98 plazas de aparcamiento que había en esta avenida y dónde pretende la Concejalía de Urbanismo descargar este tráfico, además de advertir que los vecinos no tolerarán zonas de estacionamiento de pago, sobre todo en las condiciones en las que se encuentra el resto del distrito. Pérdidas de hasta un 80% María del Mar regenta una tienda a la que todavía no han alcanzado las obras. Habla de pérdidas del 80% en la caja de los negocios afectados por la primera fase de los trabajos. Afirma que las reivindicaciones de los vecinos no pueden ser expresadas con rotundidad porque su constitución como colectivo aún está en proceso. Pero a partir de entonces las protestas y manifestaciones pueden convertirse en una realidad. Gente dispuesta no les falta. Ricardo, en edad de jubilación, se ha llegado a plantar en la puerta del Ayuntamiento para entregar a los ciudadanos de León una «carta abierta» con información sobre las polémicas obras de la avenida. Lo de los tacones es una queja común para quien no quiere tomar las calles alternativas a José María Fernández, que, por cierto, es otra opción. «Aquí ni tacones, ni sillas de ruedas, ni carritos, lo mejor, las madreñas», responde una joven. Y no le debe faltar razón porque en los comercios aseguran que se ha visto a un anciano con galochas durante los pasados días de lluvia. El carril Con este panorama, las quejas parecen fundadas. Juan Carlos Díez, portavoz de los empresarios, renovará las instalaciones de su túnel de lavado de coches para agilizar el paso de coches. A partir de la reurbanización de la avenida y su transformación en una calle de un solo carril será imposible que un coche se quede unos segundos en espera. Desde su punto de vista, los cambios no mejoran la situación del barrio. «Un barrio tiene vida si tiene coches», asevera. Alguien se pregunta qué ocurrirá cuando una ambulancia o un camión de bomberos quiera pasar por la futura avenida de carril único, que estará casi siempre saturada si no se buscan soluciones. Bella Luz Álvarez, de una agencia de seguros situada en el tramo final de José María Fernández, ha decidido trasladar el negocio. Pronto se irá a otra zona más accesible para sus clientes. Sostiene que las comunicaciones hacia El Ejido perjudican a los empresarios, «puesto que para los que vienen de fuera les es muy difícil entrar hasta aquí». «El 90% de los que entran en dirección prohibida hasta aquí son clientes míos», bromea. La preocupación de todos No lo hace cuando menciona la situación actual que vive el barrio. «Lo han ido terminando pco a poco, por tiempos. La agonía ha sido lenta y dolorosa». Entre sus quejas figuran las que preocupan a casi todos: que las obras se paralicen y que se discuta su continuación, que al menos no sigan avanzando en las obras hasta que concluyan lo iniciado y que se asuman de algún modo las pérdidas que van a tener estos empresarios como consecuencia del retraso. La concejala de Urbanismo ha prometido a una representación vecinal que la calle estará terminada el 1 de diciembre. Lo cierto es que parece que la parte más complicada de los trabajos ya ha pasado, sin embargo la polémica se acrecenta. El grupo municipal socialista tramitó infructuosamente una moción que denunciaba la «ruptura» de las indicaciones del Plan General de Ordenación Urbana para esta zona de la ciudad por parte del equipo de gobierno del Ayuntamiento de León. En su escrito pedían paralizar las obras y constituir una mesa de diálogo en la que participaran los vecinos y comerciantes del barrio para adecuar el proyecto a las necesidades reales del barrio. ¿Se ha descartado el carril bici? El aspecto actual de la calle parece anular esta opción. ¿Finalizará la obra el 1 de diciembre como ha prometido la concejala?