Diario de León

El céntrico distrito, con más de 20.000 vecinos, no tiene ambulatorio propio y su reordenación urbana le aísla cada vez más

El Ejido exige la paralización de las obras y un plan de choque para revivir el barrio

La transformación de José María Fernández descarta la gran avenida prevista en el PGOU

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Marco Romero - león
León

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«A El Ejido lo han ido terminando poco a poco, por tiempos. La agonía ha sido lenta y dolorosa» BELLA LUZ ÁLVAREZ, comercial de la avenida José María Fernández La revitalización del barrio del Ejido sólo será posible con la aplicación de un plan de choque que permita reordenar integralmente este distrito desde el punto de vista urbano y que a su vez le dote de servicios con los que paradójicamente no cuenta esta céntrica barriada, como un ambulatorio para una población potencial superior a las 20.000 personas -en su mayor parte son jubilados- o una red de transporte público más accesible. Las polémicas obras acometidas en la avenida de José María Fernández -deberían estar acabadas desde la primavera de este año (Diario de León, 1 de julio del 2005)- sólo han puesto de relieve una pequeña parte de la degeneración y el estancamiento que verdaderamente padece El Ejido desde que la peatonalización de la calle Ancha y el desarrollo de la Palomera le convirtiesen en un pequeño gueto, que ni siquiera tiene capacidad para absorber la sobrecarga de tráfico rodado que soporta diariamente. Organización El «acoso» que sienten vecinos y comerciantes por parte del Ayuntamiento les ha llevado a organizarse. Por un lado, los residentes. Por el otro, los propietarios de negocios. Ambos colectivos coinciden en que lo más urgente es paralizar la obra que se realiza en la avenida de José María Fernández, hasta ahora la principal arteria de entrada al barrio. «Para experimentos, la gaseosa», denuncia una vecina. Asumiendo las lógicas incomodidades que provoca cualquier obra, lo cierto es que la reurbanización de José María Fernández está resultando «desastrosa», manifiesta Ricardo Camino, secretario de la entidad que representa al vecindario. Aproximadamente se ha ejecutado una tercera parte de la totalidad de la obra, que consiste en levantar el asfalto y las aceras actuales y hacer un nuevo trazado de la avenida. Los dos carriles se convertirán en uno y las aceras se ampliarán hasta alcanzar en algunos puntos los cinco metros. Está previsto incluso un mirador hacia la Catedral. El «lamentable estado de las calles» como consecuencia de las obras en José María Fernández fue denunciado en un nuevo escrito registrado esta misma semana en el Ayuntamiento de León por parte de la Asociación de Vecinos y Propietarios. El desarrollo de los trabajos coincidiendo con días de lluvia han convertido la avenida en un barrizal. Las chapas que sortean la tierra son inestables para los mayores e insalvables para los discapacitados. Es constatable que al menos tres negocios han cerrado sus puertas desde que se inició la reconversión de la calle. Se olvida lo planeado Aunque lo polémico de la obra se han centrado hasta ahora en el diseño de la calle, en el fondo limitar definitivamente la avenida de José María Fernández a un solo carril evapora la posibilidad recogida en el Plan General de Ordenación Urbana de extender esta arteria hasta la ronda, con carril de entrada y salida, lo que permitiría abrir las puertas de este barrio. También ahora, cuando se ha empezado a apreciar el nuevo trazado urbano de la calle, han empezado a surgir las dudas sobre la posibilidad de que se haya suprimido el carril bici proyectado, puesto que, en apariencia, no parece que haya espacio suficiente para un área específica de ciclistas. Desde la óptica inmobiliaria, El Ejido no tiene un gran tirón. El valor de los pisos no crece al ritmo de otras zonas más remotas de la capital -en esto tiene que ver la fragmentación del centro de León en los tres actuales (Ordoño, Chantría y Eras)- y el movimiento inmobiliario no es especialmente intenso, al margen del que se desarrolla en puntos muy concretos del barrio, como las viviendas unifamiliares. Virguerías en autobús El acceso a El Ejido en transporte público también es mejorable, y más en estos momentos, cuando los conductores de autobús tienen que hacer virguerías para evitar las zonas en obras y el tráfico que desvían. Descartada la idea electoral de UPL para llevar a El Ejido una red de minibuses, los vecinos se conforman con que se mantengan las actuales líneas a los Hospitales y las que atraviesan lateralmente varias calles del barrio. La piedra angular del plan de choque -en él se deberían involucrar varias administraciones- sería un nuevo ambulatorio. El que corresponde por zonificación del Sacyl es José Aguado, pero los representantes de los vecinos temen que se sature aún más en cuanto se desarrolle La Lastra. Las 2.027 firmas entregadas el pasado miércoles en el Ayuntamiento para exigir la paralización de las obras de José María Fernández son un indicio del nuevo movimiento vecinal y de comerciantes. El encabezamiento que argumentaba el registro de estas firmas recogía: «Señor alcalde, le invitamos -¡y no puede negarse!- a presenciar con sus propios ojos la muerte anunciada de nuestro barrio». Asimismo le sugieren que, «como cortesía, se acerque hasta aquí para darnos el pésame». «Esperamos que con las 2.027 firmas -culmina-, la concejala de Urbanismo no vuelva a decir que los vecinos están conformes con las obras». «La situación global es que la pobreza se apodera del barrio» RICARDO CAMINO Representante vecinal «Un barrio tiene vida si tiene coches» JUAN CARLOS DÍEZ Portavoz del comercio

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