¿Integrados?
Este estudio, que hasta ahora no había sido hecho público en España, destaca las contradicciones de la política de inmigración y de integración de estos extranjeros. Por un lado, recuerda los «beneficios» que el sistema español da a los inmigrantes procedentes de Sudamérica, a los que en algunos casos concede la «posibilidad» de recuperar la ciudadanía de origen de sus antepasados y directamente adquirir la nacionalidad española. Según la ONU, «casi un tercio» de los latinoamericanos llegados a España ha conseguido la ciudadanía. Cepal asegura que, en el caso de algunos países como los del Cono Sur, esta proporción llega incluso al 40%. Si para Naciones Unidas las facilidades para obtener la nacionalidad es la cara del sistema español, la cruz es que los sudamericanos ocupan los peores puestos de trabajo del mercado. «Pese a que los latinoamericanos son el grupo de inmigrantes que más se acerca a los niveles de instrucción presentados por la población española, están mucho más concentrados en ocupaciones que demandan mano de obra no cualificada y poseen niveles de desempleo por encima de la población africana», denuncia la ONU, que entiende que este colectivo de extranjeros americanos se encuentra en España «entre la exclusión y la integración». «Forman parte de una retórica de la hispanidad, tanto por la afinidad resultante de la historia y la lengua compartida como por la no existencia de los prejuicios que se dan hacia otros inmigrantes, pero por otra parte no disfrutan necesariamente de mejores condiciones de vida respecto a otros extracomunitarios», concluye Naciones Unidas. En los nueve primeros meses del año, el número de trabajadores autónomos inmigrantes se ha disparado por encima del 18% interanual en Baleares, las dos Castillas, Murcia y Navarra, según los datos facilitados por la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos.