Rajoy apoya ahora que Andalucía sea una realidad nacional

El Congreso de los Diputados dio luz verde este jueves por amplísima mayoría -306 votos a favor, ninguno en contra y la abstención de dos diputadas del BNG y EA- a la propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía de Andalucía. El texto, que en su preámbulo define a la comunidad como una realidad nacional, recibió la aprobación de la cámara con un nivel de consenso que era impensable cuando llegó procedente del Parlamento andaluz. El PP, antes detractor de la norma, cree ahora que el estatuto es «ejemplar» porque frena toda aspiración nacionalista. Al contrario que en trámites anteriores, el sosiego presidió el debate sobre la reforma del estatuto andaluz, que siguieron desde la tribuna de autoridades el presidente de Andalucía, Manuel Chaves; la presidenta del Parlamento andaluz, María del Mar Moreno, y varios consejeros autonómicos. Casi todos los portavoces y la vicepresidenta, que defendió el texto en nombre del Gobierno, se felicitaron por el acuerdo alcanzado en comisión el pasado 24 de octubre, que le garantizó este amplísimo respaldo. Eso sí, cada cual interpretó el éxito a su manera: para Mariano Rajoy, por ejemplo, es un «buen estatuto» porque «cierra el paso a cualquier veleidad nacionalista o federalista». Para Gaspar Llamazares lo es por su «impulso federalista a todo el Estado». Cambio de parecer Rajoy, hasta hace poco reacio a digerir que Andalucía sea realidad nacional, dedicó la parte más jugosa de su discurso a justificar su cambio de parecer. Admitió que la expresión «desata todo tipo de susceptibilidades», pero afirmó que no debe provocar recelos. El texto como ha quedado -resaltó- define en su articulado a Andalucía «como manda la Constitución», es decir, como una nacionalidad dentro de la nación española. El término realidad nacional del preámbulo es, dijo, «poco más que una cita literaria o un adorno retórico». Llegar a ese pacto no fue fácil. La fórmula -para el PP sin «relevancia política» - que contentó a todos es una alusión en el preámbulo del nuevo texto al histórico Manifiesto andalucista de Córdoba de 1919, que «describió a Andalucía como realidad nacional». Para que el PP aceptara, hubo que incluir también en el articulado otra definición de la comunidad autónoma acorde con su ideario: «una nacionalidad en el marco de la unidad indisoluble de la nación española». Admitió que se trata de una fórmula «alambicada», que no es «la panacea» ni «entusiasma a nadie», pero celebró que haya servido como «punto de encuentro» para el consenso. «Ni el Partido Popular podía admitir más ni el PSOE ha querido admitir menos», señaló Rajoy, quien celebró el «consenso básico entre los dos principales partidos.