Un circuito cerrado de agua tan fácil como los del gas o el gasóleo
La información que se ofrece por Internet a los potenciales usuarios de instalaciones de energía solar, partiendo de datos del IDAE, no puede ser más optimista. Sobre su coste se anima así: «absolutamente nada, no tiene gastos, la radiación solar es gratis y, además, no es contaminante». En cuanto al cómo funciona se añade: «el sistema es cerrado con un fluído específico que circula entre el serpentín del colector y llega al depósito para calentar el agua que entra fría, el cual trabaja, a su vez, como una caldera que se calentara por un quemador de gas». En cuanto a utilidades se destacan las de usos domésticos de agua caliente, calefacción por radiadores o suelo radiante y, para clientelas más selectivas, también calentamiento de piscinas. De manera no menos optimista los defensores de este tipo de energía alternativa no ven tampoco ningún problema en el clima de latitudes tan poco benévolas como la leonesa. Anticipándose a cualquier duda desde Internet se asegura que, a poco que salga el sol, «a los 90 minutos el agua alcanza los 85 grados científicos, manteniéndose a esa temperatura dia y noche. ¿Qué ocurre si no hay sol? aunque el depósito posee una resistencia eléctrica, después de tres días sin sol sólo son necesarios otros 90 minutos de claridad para que el agua vuelva a calentarse a la misma temperatura, porque el colector absorve radiación salvo en días lluviosos u oscuros. En días no soleados la temperatura del agua caliente sólo disminuye diez grados después de 72 horas».