El PSOE rechaza convertir a ERC en un nuevo socio preferente

El PSOE no será prisionero de los acuerdos alcanzados por José Montilla para gobernar en Cataluña. La dirección del partido rechazó ayer convertir de nuevo a ERC e ICV en socios preferentes del Gobierno y abogó por mantener abiertos los cauces de diálogo con todas las formaciones minoritarias, incluida la ofendida Convergència i Unió. Con esta decisión, los socialistas dejaron claro sus reticencias a establecer lazos sólidos con los independentistas. «La política de alianzas del PSC la decide el PSC, basándose en lo mejor para Cataluña, y la del Gobierno la decide el Gobierno buscando lo mejor para España», subrayó el secretario de Organización, José Blanco. La apuesta del Gobierno era clara. Durante el primer año de legislatura José Luis Rodríguez Zapatero se apoyó en quienes compartían gabinete gubernamental con Pasqual Maragall y apoyaron su investidura. La estrategia le supuso un desgaste considerable y pasados los meses, a mediados de 2005, comenzó el distanciamiento. Primero los socialistas renunciaron a firmar el pacto estable de colaboración prometido a republicanos y ecosocialistas. Después comenzaron los contactos con PNV y CiU para los Presupuestos; más adelante llegó el acuerdo sobre con Artur Mas sobre el Estatut, a espaldas de sus hasta entonces aliados, y a partir de ahí una relación especial con los nacionalistas en las iniciativas de carácter económico. Nada de esto ha cambiado y, según José Blanco, no porque los socialistas teman el efecto Carod-Rovira. El número dos del PSOE aseguró que la idea de que los independentistas pueden erosionar la imagen del Gobierno es tan solo «un mito instalado en la sociedad». «Desde que ha venido Carod -en referencia a la frase hecha «¡que viene el lobo!»-el PSOE no ha hecho más que ganar elecciones y ganar gobiernos... y el PP no ha hecho más que perderlos», aseveró.