«Cuando salgan, deben hacerlo en las mejores condiciones»

La labor social de la prisión de Mansilla de las Mulas fue reconocida el pasado mes de septiembre con la medalla al mérito del Ministerio del Interior. Su director, José Manuel Cendón, especialmente comprometido con los programas de reinserción, no ha dudado en aceptar el proyecto Avumán como un nuevo reto. «Además de terapéutica, esta iniciativa es formativa», explica. «El interno se reinserta con actividades desarrolladas dentro del centro, pero es necesario que tenga una fase fuera», matiza. El proyecto Avumán está programado en los módulos terapéuticos del centro penitenciario leonés, puesto que una de las exigencias es presicamente que el preso haya obtenido el tercer grado penitenciario, lo que le da derecho a permisos extracarcelarios. Módulos de respeto Se da la circunstancia de que parte de estos módulos ya entran en otro peculiar proyecto aplicado dentro de la prisión. Estas dependencias han sido transformadas en los denominados módulos de respeto , «donde las normas de convivencia son algo más exigentes» que en el resto de la prisión, recuerda José Manuel Cendón. Por ejemplo, imperan obligaciones como el reciclaje de todos los elementos posibles. «En esta cárcel se consumen miles de liltros de leche con su tetrabrik», indica el director para ilustrar la ingente cantidad de basura que se genera en el centro. Excepto la materia orgánica, y sólo de momento, todo es revalorizado. Implicación no siempre fácil Lograr la implicación activa de los internos no siempre es fácil. Por esta razón, el aliciente que supone la formación que posibilita el proyecto Avumán hace aventurar un futuro muy positivo para sus integrantes. «Queremos que la gente se motive, que cuando salgan fuera de la prisión, lo hagan en las mejores condiciones posibles», postula Cendón.