Concejal delegado para bodas en el Ayuntamiento de León
«Aquí no vienen muchos, pero es emocionante»
«He casado desde ingleses medio bebidos hasta a un profesor universitario negro, muy serio y con vestimenta solemne, incluída la de los invitados con túnica, pero un tanto exótica para mí»
Según Jesús Cantalapiedra, oficiar los matrimonios civiles es una actividad amable
El concejal leonés Jesús María Mantalapiedra asegura haber oficiado en once años no menos de quinientas bodas civiles en el Ayuntamiento, actividad de casamentero que ejerce los sábados por delegación del juez de primera instancia, que lo hace los viernes. Tiene a orgullo haber casado a más parejas que muchos párrocos y dice que se sigue emocionando a pesar de ser divorciado. -¿Son muchos los extranjeros? -En mi caso no, porque la mayoría van a los juzgados. Como mucho he podido casar dos o tres parejas al año, que yo recuerde. -¿Alguna le llamó la atención? -Si, pero no precisamente por sospechas de que buscaran los permisos de residencia por vía de la picaresca. Recuerdo una boda de ingleses en que todos los invitados llegaron ya medio bebidos a la ceremonia en el Ayuntamiento y otra vez que un profesor universitario de raza negra, este mucho más serio, se presentó con lo que yo supongo que sería el traje para las ocasiones solemnes en su tierra, o sea, túnicas, gorros, muchos bordados, etcétera, pero que para un casamiento de aquí resultaban un tanto exóticos. Fuera de eso todas las bodas son igual de emocionantes para mí y me gustan. ¿Por qué me metí en esto? El alcalde Amilivia dijo que prefería delegar an mí y yo dije que sí, porque me daba igual: ya no salgo los sábados y, aunque no sea capitán de barco ni cura ni nada parecido, a veces uno se siente muy gratificado. Hace no mucho, por ejemplo, casé a la hija de una amiga, a la que conocía desde que era una niña y ya han pasado más de veinticinco años. -¿Alguna vez ha tenido problemas al preguntar por el «sí, quiero»? -Nunca; la gente es muy amable y nunca deja de dar las gracias. Los hay que hasta te invitan al banquetedespués de la ceremonia. Yo calculo haber casado por lo civil al 90% de las parejas que han pasado por el Ayuntamiento y con ninguna he tenido problemas, sino todo lo contrario. ¿La más rara o difícil? Hombre, casé una vez a dos ancianos, él de unos 85 años y ella de 80, a la que sólo acampañaban los dos padrinos de edad parecida y ningún familiar. Recuerdo que cuando les estaba leyendo el artículo 58 del Código Civil y los siguientes el novio se impacientó y me dijo «oye, chaval ¿Vas a tardar mucho?». Pero nada más. Luego nos fuimos los cinco a tomar un par de vinos, para celebrarlo, en el bar de enfrente del Ayuntamiento.