Colombianas, argentinas, ecuatorianas y brasileñas acaparan la mitad de las bodas

Bajo el título de «¿Con qué extranjeras se casan los españoles?» una página de Internet, que maneja los últimos datos del INE, referidos al 2003, después de los cuales no hay ninguno, cifra en aproximadamente diez mil el número de inmigrantes del seso femenino que han contraido matrimonio en España. Casi la mitad de ellas, sin que se especifiquen las razones, pertenecen a las nacionalidades colombiana, argentina, ecuatoriana y brasileña, aunque se supone que se deben a facilidades culturales de ida y vuelta. Por proximidad geográfica, aunque muy de lejos, les siguen las marroquíes, con un total de 640 casamientos ese año. A partir de ahí las cifras van bajando, sin distinción de latitudes ni fronteras, de modo que se contabilizan 540 rusas, 317 cubanas, otras tantas venezolanas, dominicanas y ucranianas y, no muy lejos en número, perunas, dominicanas, uruguayas y chilenas. En el otro extremo de la estadística el último lugar lo ocupan, paradójicamente las irlandesas, con sólo 19 matrimonios, seguidas de guineanas -que hablan perfectamente el castellano como antigua colonia española- filipinas, checas, nigerianas o lituanas. Ya en el tramo exótico durante ese mismo año se registraron en España 42 matrimonios de chinas con españoles, aunque otras 76 contrajeron también matrimonio, se supone que con compatriotas. Ninguna de las dos cifras parece, sin embargo, razonable, dada la proliferaciñon de tiendas todo a cien , salvo que vengan ya casadas de Hong-Kong, prole aparte. Según los servicios de asesoramiento de UGT, por cada mujer extranjera no comunitaria que se casa en España hay un sólo varón foráneo que lo hace con una española. Y ahí las necesidades de papeles por nacionalidad no guardan proporción ni geográfica ni de ningún tipo. Según UGT los extranjeros que se casan con españolas representan apenas un 25% de sus compatriotas femeninas que lo hacen con varones españoles, aunque los «papeles» también cuenten.