| Entrevista | Ángel Valencia |
«Los veteranos tendrán la insignia de oro de León»
«Este tipo de servicios los tienen casi todas las ciudades, pero nosotros aprendimos sobre todo de Gijón, que cuenta hasta con submarinistas»
Las brigadillas de Protección civil fueron un encargo del año 2001 al entonces ex comisario feje de la Policía Nacional en León, Ángel Valencia, por el alcalde Mario Amilivia, siguiendo modelos ya ensayados en casi todas las capitales de provincia, aunque el proyecto no estuviera exento de polémica. Hubo quien vio en él un intento de colar por la puerta falsa a «recomendados» para la Policía Local por acumulación de méritos en futuras oposiciones. No era verdad, como el tiempo se ha encargado de demostrar, aunque no lo ha olvidado el creador del servicio, ahora concejal por el PP. -¿Fue difícil al principio? -No mucho. Empezamos en mayo del 2001 y ya al principio se presentaron casi 90 personas. Cogimos a 65, prácticamente a todas, menos a las que tenían algún tipo de minusvalías. Teníamos empleados de banca, de juzgados, estudiantes, de todo, incluso parados, que venían con la única intención de ayudar. Les dimos unos cursillos médicos más o menos urgentes o improvisados y al enero siguiente nos estrenamos en la cabalgata de Reyes. Luego el tema me siguió gustando, tanto cuando era concejal en la oposición como ahora que dirijo a los voluntarios, así que aquí estoy. -¿En León trabajan igual que en cualquier otra ciudad o su labor se diferencia en algo? -Imagino que habrá de todo y que en unos sitios se trabajará mejor y en otros peor... y habrá capitales que no tengan ni voluntariado. La ciudad más veterana en esto fue Gijón y de ella hemos copiado bastantes cosas. Hasta hicimos prácticas con ellos antes de empezar a funcionar, aunque no hemos sido los únicos: siguen yendo allí los del Ayuntamiento de Madrid para entrenar varios días al año para prácticas de submarinismo, que valen igual para el mar que para los ríos o pantanos de tierra adentro. -¿Qué más servicios ciudadanos podrían prestarse? -No lo sé, porque estamos prácticamente en todos o, por lo menos, no se me ocurre ninguno nuevo. En emergencias o en asistencia a la gente o patrullas callejeras se está atento a cualquier cosa que se salga de la normalidad para echar una mano. Si hubiera alro raro y nuevo, estaríamos allí también. -¿Cuál fue el último servicio complicado que les solicitaron? -Probablemente el de las últimas inundaciones del Bernesga, hace de eso muy poco. Nos pidieron desde la Junta colaboración y una docena de voluntarios pasada la media noche y a las dos de la mañana había ya una treintena patrullando las dos orillas del río. Son gente dispuesta a estar siempre al pie del cañón y esa facilidad de convocarlos lo dice todo. -¿Se les piensa compensar con algo? -Nunca se ha remunerado este tipo de prestaciones y ellos lo saben de sobra. Tienen el reconocimiento de todos los ciudadanos y, de forma simbólica, el Ayuntamiento impondrá dentro de poco la insignia de oro de la ciudad a los más veteranos, aquellos lque comenzaron hace caso cinco años y que siguen todavía en activo. Es su recompensa.