Diario de León

La Policía investiga posibles contactos entre los terroristas y soldados musulmanes

La célula de Ceuta sonsacó información a los soldados para robar en un polvorín

Los terroristas hablaron de cometer atentados contra una cadena de supermercados Garzón ordena que se grab

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M. Sáiz-Pardo / J. C. García - madrid/ceutamadrid
León

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La célula desarticulada en Ceuta se habían marcado como primer propósito conseguir explosivos para atentar en España. Y había puesto sus ojos en los objetivos que más a mano tenían: los polvorines del Ejército en la ciudad autónoma, cercanos a la fortaleza de Monte Hacho, la construcción defensiva que domina toda la ciudad. La Policía investiga varios contactos entre integrantes de la desarticulada célula de la Al Haraka Salafiya Yihadia con soldados musulmanes del Ejército español a los que sonsacaron información sobre los accesos y vigilancias del principal depósito de Ceuta: el polvorín de Valdeaguas, una red de galerías escavadas en la montaña. Los terroristas, que pretendían «asaltar, robar o distraer» armas y explosivos de este almacén en diferentes operaciones, habían descartado actuar en el otro polvorín de la ciudad, el de El Renegado, por ser éste último mucho más pequeño. Los investigadores, que subrayan que todavía el grupo no tenía un plan definido para asaltar los depósitos, no tienen pruebas de que los militares facilitaran «datos relevantes» sobre esas instalaciones ni que colaboraran de forma voluntaria con los once detenidos. Sí hay, sin embargo, grabaciones de conversaciones entre los presuntos terroristas en las que se hace referencia a la supuesta información obtenida de, al menos, tres militares de bajo rango españoles. Estos soldados eran habituales asistentes a las oraciones en la mezquita de Darkawia, germen de la célula. El cerebro del frustrado asalto a los polvorines era Karim Abdesalam Mohamed, más conocido como Marquito o Dibania, de 35 años y arrestado el martes en el hospital militar de Ceuta mientras acompañaba a su padre enfermo. El juez Baltasar Garzón, que tiene previsto acusarle de «planear varias operaciones de sustracción de armamento y material explosivo», otorga a Abdesalam el papel del líder de la célula desmantelada en la operación Duna y jefe de su aparato logístico. Fuentes del Ejército de Tierra recalcaron ayer que las «instalaciones militares de Ceuta donde se depositan explosivos están sometidas a las más estrictas medidas de seguridad» y que, hasta el momento, ni la Policía ni el juez se han dirigido a Defensa para adoptar iniciativa alguna. Fase de acción Tras hacerse con los explosivos, los integrantes de la célula especulaban con atentar con explosivos contra el recinto ferial de Ceuta el próximo mes de agosto durante la celebración de las fiestas de la ciudad. También habían hablado, aunque nunca llegaron a los preparativos, de atacar una cadena de supermercados de la ciudad y contra varios morabitos, pequeñas ermitas musulmanas, que los integristas consideran herejías. El Mando Único, Joan Mesquida, insistió ayer en que los arrestados «no tenían unos objetivos claramente marcados» y que se encontraban en el paso de una «fase inicial de discusión fanática» a otra «fase directamente de acción». Mientras tanto, y a la espera de entrar en acción, la célula se dedicaba «diariamente» a hacer proselitismo yihadista en los centros de oración de la ciudad.

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