Zapatero cita a Rajoy para hablar de ETA tras nueve meses de incomunicación

Ocho meses y tres semanas. Casi un parto. Ese tiempo es el que han necesitado el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy, para volver a reunirse tras su última entrevista celebrada el pasado 28 de marzo. El próximo viernes, a las 10.00, se verán las caras de nuevo en La Moncloa. Si no se han visto en todo este tiempo no ha sido desde luego por falta de temas que tratar, sino más bien por el profundo desacuerdo que mantienen en casi todos ellos. Como en la última cita, celebrada pocos días después de que ETA declarara una tregua, el del terrorismo es el tema principal en la agenda. En esta ocasión la reunión se convoca un día después de que se cumpla el ultimátum que la banda dio al Gobierno para que se constituya la mesa de partidos para afrontar el proceso de pacificación. El propio Zapatero situó ayer el proceso de paz como el eje de la reunión en una declara-ciones realizadas en Nueva York. Aunque el presidente quiso restar trascendencia a la cita afirmando que se ha impuesto la «obligación» de reunirse dos veces al año con el líder de la oposición, las dificultades por las que atraviesa el poroceso de paz han forzado un encuentro con el presidente del PP, muy crítico con la actuación del Ejecutivo. «El señor Rajoy ha accedido a este encuentro y se lo agradezco, lo veo positivo», indicó Zapatero antes de pre-sentar en la ONU su proyecto de Alianza de Civilizaciones. El presidente consideró «razonable» verse dos veces al año con Rajoy. «Lo extraño es lo que pasaba antes porque fui líder de la oposición y pasó bastante tiempo en el que no fui nunca convocado. Incluso cuando alguna vez, cuando pedí alguna reunión, pues no se produjo», afirmó sobre sus entrevistas con Aznar. La reunión del viernes será la sexta que ambos líderes mantienen desde el inicio de la legislatura. En 2004 se entrevistaron en mayo y septiembre y en el 2005 en enero y septiembre. Reproches de Rajoy Aunque la intención del Gobierno es la de acercar posturas en torno al proceso de paz, parece difícil que de esta reunión salga un acuerdo. Fuentes del Partido Popular aseguraron que Rajoy transmitirá a Zapatero su preocupación por la «pasividad» del Ejecutivo ante los reiterados anuncios de Batasuna en los que afirma que se presentará a las próximas elecciones municipales. Otro reproche de Rajoy al presidente serán los cambios de criterio que ha mantenido la fiscalía respecto a los procesos judiciales contra Batasuna y las peticiones de condena para acusados etarras. Los reproches han comenzado antes incluso de que se celebre la entrevista. Rajoy, exigió ayer en una carta a Zapatero una «rectificación inmediata» y petición de perdón por las declaraciones de José Blanco y Diego López Garrido sobre la participación en una manifestación de la AVT de una persona con poliomielitis en una silla de ruedas, marido de una concejala del PP. Los dirigentes socialistas acusaron al PP de «falsificar una víctima» y aseguraron que aunque el esposo de la edil acudió a la manifestación en silla de ruedas «puede andar perfectamente». Hablar de otros temas El portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, destacó ayer la importancia de la reunión que mantendrán el viernes el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, y consideró que no sólo deben hablar del proceso de paz, sino de otras cuestiones. En declaraciones a Efe, Duran i Lleida dijo que «lo importante» es que el jefe del Ejecutivo y el presidente del PP «se vean y hablen a fondo de lo que crean conveniente» y aunque opinó que «sin duda» la cuestión del proceso de paz debe de estar en la agenda, «me alegraría», dijo, que se abordaran otros temas, como la inmigración, de manera que en estas cuestiones «prime más una posición común que la confrontación». Durán i Lleida, quien dijo desconocer si la reunión de Zapatero y Rajoy es la primera de una serie de contactos del Gobierno con los demás grupos parlamentarios, recordó que él mismo pidió a Zapatero que estableciera ese diálogo, principalmente con la oposición, aunque «ello no excluyera» al resto de los grupos. «No tiene sentido», dijo el portavoz parlamentario, «que unos y otros cuando han gobernado hayan apostado por dialogar con ETA y en cambio ese diálogo no se diera entre las fuerzas políticas democráticas>.