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Prisión sin fianza para el conductor del vehículo, que ocultó el número de acompañantes

Uno de los muertos en el accidente de Santander no pereció en el acto

El juez considera posible que todavía «se encontrara con vida» cuando llegó la Policía

En la imagen se ve a Corominas con un arma en la mano

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efe | santander

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El Juzgado número 3 de Santander decretó ayer el ingreso en prisión sin fianza del conductor de 21 años arrestado tras haberse estrellado, bebido, en la autovía S-10 y haber ocultado a las asistencias que en su coche viajaban otros dos chicos, cuyos cadáveres fueron hallados a la mañana siguiente. El juez que instruye la causa imputa al conductor, Adrián G.B., dos delitos de homicidio por imprudencia, otro de conducción temeraria y un tercero de omisión del deber de socorro, ya que el médico forense ha determinado que uno de los dos fallecidos no murió en el acto, por lo que cabe la posibilidad que siguiera con vida cuando los servicios de socorro llegaron al lugar del accidente. El coche en el que viajaba Adrián G.B. con otros tres jóvenes se salió de la calzada a las 22.30 horas del viernes en la autovía de salida de Santander (S-10), a la altura del centro comercial Valle Real (Camargo), y acabó cayendo en una zona de marisma. El acusado conducía en ese momento a una velocidad de unos 150 kilómetros por hora en un tramo donde está prohibido superar los 100 Km/h y había hecho varias «maniobras incorrectas y peligrosas, como adelantamientos por la derecha en una vía rápida con circulación concurrida, con grave riesgo para los restantes usuarios de la vía», relata el juez en el auto de prisión, al que ha tenido acceso Efe. Cuando los servicios de socorro llegaron al lugar del accidente, se encontraron con dos jóvenes en el coche, Adrián G.B., que sufría heridas leves, y un acompañante, J.A.G.B., que estaba inconsciente. La Guardia Civil practicó entonces al conductor la prueba de alcoholemia, que dio positiva con una tasa de 0,45 y 0,47, casi el doble de lo permitido, según informa la Delegación del Gobierno. El juez imputa a Adrián G.B. un delito de omisión del deber de socorro, además de dos homicidios por imprudencia, porque «instantes después del accidente, cuando fue preguntado por agentes de la Guardia Civil y del Cuerpo de Bomberos acerca de las personas que viajaban en el vehículo y cuál era su estado de salud, contestó que sólo viajaba con Ángel (J.A.G.B.), que en ese momento estaba inconsciente en el asiento del copiloto, y que se encontraban bien». Despedidos por el impacto A la mañana siguiente, los servicios de mantenimiento de la autovía encontraron a unos 40 metros del lugar del accidente, entre la vegetación, los cuerpos de los otros dos jóvenes. Según la Guardia Civil, los dos chicos había salido despedidos del coche como consecuencia del impacto, porque no llevaban puesto el cinturón. El juez reconoce que el forense todavía no ha podido precisar a qué hora fallecieron los dos chicos, pero sí que uno de ellos no murió en el acto, «ignorándose el tiempo exacto que duró su agonía». «De tal modo», razona el magistrado Fernando Vegas, «que es posible que a la llegada de la fuerza policial al lugar del accidente uno de los viajeros fallecidos aún se encontrase con vida, con lo que la conducta ocultadora de la circunstancia por parte de Adrián integraría el delito de omisión de deber de socorro». El juez envía a la cárcel al conductor por tres razones: la gravedad de los delitos que se le imputan, entre ellos dos homicidios, la posibilidad de que se fugue y riesgo de que «cometa otros hechos delictivos análogos, ya que en situación de libertad podría poner en peligro la seguridad».

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