Valentín Martínez: «Tengo ganas de decir al juez todo lo que sé»

El incendio le trae recuerdos de impotencia, al ver que sus advertencias y su pelea contra el vertedero durante seis años se quedaban en ceniza como las ruedas. -El vertedero ha comenzado a limpiarse un año después del fuego, ¿es demasiado tiempo? -Sí, un tiempo excesivo, pero entiendo que los trámites burocráticos son lentos y mejor que haya comenzado tarde que nunca. La Junta podía haber declarado la emergencia del servicio de limpieza mucho antes (lo prometió en primavera), pero, al menos, cerramos el año celebrando que, por fin, este vertedero de ruedas tendrá una solución. -La vía judicial para esclarecer el caso se ha estancado también durante este año... -La verdad es que el propietario del vertedero se ha logrado escabullir durante los últimos seis años y los problemas sobre qué juzgado tenía la competencia para investigar el incendio ha dilatado mucho el proceso. Ahora, que ya sabemos que el tribunal será el número 3, tengo muchas ganas de contar al juez todo lo que sé del caso. Se nos había citado como imputados, pero al final acudiremos como testigos. -¿Podrán acreditar el delito ecológico con informes que indican que no se ha producido contaminación? -Tenemos un informe del médico del municipio que acredita que doce vecinos han sufrido molestias en la garganta, los ojos y cefaleas por el humo y las partículas del incendio. Pero lo cierto es que los análisis de la calidad de las aguas y los cultivos de la zona no han indicado que exista contaminación. Estará en manos de la Justicia. La máxima contaminación se produjo hacia la atmósfera y la suerte fue que la nube de humo se elevó y no se adentró en Castrillo. -¿Qué medidas han adoptado para que no se repita la acumulación ilegal de ruedas? -Hemos declarado la zona como suelo con especial protección ambiental. -Tras la limpieza del depósito, ¿tienen planes para la zona? -Bueno, el terreno es privado, pero, según salga el proceso judicial, a lo mejor el Ayuntamiento puede optar a expropiar el solar y entregárselo a los vecinos de Castrillo para que hagan lo que quieran. -¿Cómo recuerda el 22 de diciembre del 2005? -Como las peores Navidades de mi vida y la peor lotería. El incendio no terminaba de apagarse y cuando la niebla bajaba el humo, y los vecinos se quejaban, nos sentíamos impotentes.