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El líder del PP pide «certezas» de que no podrá ir a las urnas, y Rubalcaba cree que «sería bueno»

Zapatero intentará convencer hoy a Rajoy para legalizar Batasuna

La formación radical exige al Ejecutivo «menos palabrería» y «más pasos valientes»

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P. de las Heras / C. Cuerdo - madrid
León

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José Luis Rodríguez Zapatero quiere apuntalar el proceso de paz con su encuentro de hoy con Mariano Rajoy aunque el intento corre peligro. El jefe del Ejecutivo es consciente de que mover al presidente del PP de sus posiciones es una tarea ímproba, pero aspira a que su primera entrevista en nueve meses sirva al menos para rebajar la tensión. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, apuntó ayer en esta dirección al expresar su deseo de que el diálogo con el líder de la oposición «avance» a fin de preservar los esfuerzos del Gobierno en materia antiterrorista. El líder de la oposición previno, sin embargo, contra cualquier expectativa. Rajoy advirtió de que pedirá «certezas» de que Batasuna no se podrá presentar a las elecciones municipales del 27 de mayo, de que no se mantendrán «conversaciones ni mesa de partidos» con ETA y de que el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, no cambie más de opinión «siempre en beneficio de la organización terrorista». «Que nadie espere sorpresas por mi parte», sentenció. La actitud con la que el primer partido de la oposición afronta esta cita ha quedado reflejada además en la decisión de su presidente de no hacer declaraciones a la prensa en el palacio de La Moncloa. Lo habitual en este tipo de entrevistas es que el invitado aproveche las instalaciones del complejo gubernamental para valorar lo hablado. Así lo había hecho hasta ahora el propio Rajoy, tras los seis encuentros que ha mantenido con Zapatero en lo que va de legislatura. En esta ocasión, desde el PP quieren evitar una «foto» de falsa sintonía. Rajoy no se ha querido pronunciar en ningún momento sobre la noticia del primer contacto entre el Gobierno y ETA. A pesar de que a priori le pueda plantear reservas espera que sea el propio Zapatero quien explique qué es lo que buscaba. Nueva estrategia El secretario de comunicación del partido, Gabriel Elorriaga, dio ayer por hecho que el Ejecutivo ha cambiado su estrategia respecto a la organización terrorista y que ya no utiliza como hoja de ruta la resolución aprobada por el Congreso en mayo del 2005. En ella, se supeditaba el diálogo a la constatación de una voluntad efectiva de abandonar las armas. A juicio del PP, ETA ha demostrado que desea mantener la violencia. A pesar de todo, subrayan, el Gobierno se ha entrevistado con la banda y Rajoy quiere oír el por qué. «Siempre que me llame el presidente del Gobierno, mientras yo sea líder de la oposición, estaré allí para escuchar, dialogar y dar mis opiniones si se me piden», aseveró Rajoy. «Que nadie espere -insistió, no obstante- sorpresas por mi parte: soy una persona previsible que lleva algunos meses afirmando algunas cosas y no voy a cambiar de opinión en un tema tan importante como este porque se celebre una reunión». Así las cosas, el entendimiento parece improbable. Pero en el Ejecutivo aún hay quien insiste en que es necesario hacer todos los esfuerzos porque los desacuerdos que mantienen PP y PSOE en esta materia pierdan, en palabras de Rubalcaba, un «dramatismo» y una «crispación» que el proceso de paz «no merece». El ministro del Interior es uno de los que más empeño ha puesto en que Rodríguez Zapatero rompiera el hielo y se citara con Rajoy. Pero no es el único. El presidente del Gobierno ha recibido presiones en los últimos meses de su propio partido, pero también del PNV y hasta de Batasuna para que intente un acercamiento con el PP. Todos coinciden en que si uno de los dos grandes partidos no sube al tren, el largo viaje hacia la paz estará en el aire.