Tensión y diálogo de sordos

Los rostros confirmaban los augurios. Sonrisa forzada en el de Zapatero; ni una atisbo en el de Rajoy. La frialdad se palpaba. Ambos volvían a reunirse nueve meses después en La Moncloa y ya se conocen perfectamente para saberlo que podían esperar del otro: ninguno iba a variar un ápice sus posiciones de partida. Y así fue. Antes de abordar «el tema» hablaron de la lotería -algunos analistas piensan que hacer coincidir la cumbre con el sorteo es una forma de restarle protagonismo- y de dónde pasarán las vacaciones. Cortesía obligada. Una vez entrados en materia comenzó el diálogo de sordos o, según se mire, de oyentes que ya saben lo que van a escuchar. El líder del PP con sus famosas «líneas rojas» que no se pueden traspasar como argumento inamovible. Zapatero, haciendo gala de su ambigüedad calculada. El que éste ni le confirmara ni le desmintiera la reunión con ETA habla por sí solo. La escasa duración de la reunión -apenas una hora y media-, la segunda más corta de las que han mantenido hasta ahora, indicaba claramente cuál iba a ser su resultado. La decisión de Ra-joy de informar desde la sede del PP en la calle Génova, y no desde el mismo palacio presidencial como era habitual, ya hacía presagiar que quería tomar distancias. El presidente del PP se quejaba en la rueda de prensa, en la que estuvo moderado en las formas y contundente en el fondo, de que su interlocutor no le había dado «certidumbres» sobre esas «líneas rojas» y no valoraba el encuentro. En un momento de su intervención las cámaras de televisión captaron una imagen de Acebes y Zaplana riéndose, poco apropiada para la ocasión . Fernández de la Vega le res-pondía que Rajoy tenía todas las «certidumbres» precisa y decía que reunirse es siempre «positivo». Mera retórica para no decir que las posiciones están como antes, muy alejadas. La imperturbable y siempre hábil De la Vega tuvo un mal momento en la rueda de prensa cuando un periodista le planteó que el PSE ya se ha reunido varias veces con Batasuna y el Gobierno con ETA. La portavoz balbuceó unos segundos para contestar que la pregunta partía de premisas distintas de las que disponía ella y se remitió al encuentro de Patxi López con Otegi, el único público. De las demás, mutismo total, en la línea del ministro Alfredo Pé-rez Rubalcaba, que Zapatero.