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Viajó por sorpresa para felicitar la Navidad a los militares españoles desplegados en la región

Alonso reclama en el Líbano más diplomacia para salvar la crisis

El titular de Defensa reconoció que existe un peligro cierto de guerra civil en el país

Publicado por
P. de las Heras - líbano
León

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El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, reclamó ayer un mayor esfuerzo diplomático para la pacificación del Líbano que respalde la labor militar que desemplean las tropas bajo el mando de la ONU. Alonso viajó por sorpresa en la víspera de la Nochebuena a la base Miguel Cervantes para felicitar la Navidad a los más de mil soldados que integran el contingente español destacado en Marjayoun, al sur del país. Su visita sirvió para agradecer personalmente a los boinas azules la tarea que desempeñan en una zona «compleja» y «de riesgo». Pero también para hacer una advertencia: «La operación de la Finul tiene sentido sólo en el marco de una operación política y diplomática de alto nivel». La del Líbano es la misión más importante de cuantas España desempeña hoy en el exterior y la única decidida por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Por eso mismo, se había hablado de la posibilidad de que el jefe del Ejecutivo acompañara en esta ocasión al titular de Defensa. Finalmente, no fue así, aunque Alonso aseguró que el presidente visitará la región en un «futuro próximo» y tendrá los «contactos políticos pertinentes» en la zona. Ese viaje habría de sumarse a la mediación que, según aseguró, desempeñan casi a diario tanto su departamento como el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. Alonso, que aprovechó su viaje para comunicarse telefónicamente con el primer ministro libanés, Fouad Siniora, se mostró satisfecho con el «cumplimiento» de la misión internacional aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU a finales de agosto para contener el conflicto armado desatado este verano con Israel. Sin embargo, admitió que la situación es aún muy convulsa y subrayó que «todo esfuerzo es poco». Riesgo de guerra civil El mayor riesgo al que hoy se enfrenta ahora el Líbano, con todo, no es un repunte del enfrenamiento con el país vecino, sino el desencadenamiento de una guerra civil entre chiíes y suníes, difícil de evitar para las debilitadas autoridades del país. El ministro de Defensa reconoció que este es un peligro cierto que desestabilizaría una zona «estratégica» del planeta. De ahí que insistiera en la importancia de las tareas diplomáticas. A su juicio, la labor desempeñada por los militares de la Finul -y especialmente por el contingente español- es irreprochable por su «versatilidad». Alonso aseguró que los legionarios destacados en Marjayoun realizan un «trabajo de elite» que «nos acredita como un país importante». Es más, afirmó que en comparación con otros ejércitos -en Líbano hay también fuerzas francesas, italianas o belgas- el español queda «realzado» por su comportamiento ejemplar. Con esta alabanza, felicitó a la tropas en nombre del rey y del presidente del Gobierno. Durante estas fechas, los soldados reparten juguetes entre la población y representan belenes vivientes en las localidades cercanas, según explicaron los propios militares. La de ayer era la segunda ocasión en menos de tres meses en la que el ministro de Defensa visitaba la misión. La primera, a mediados de octubre, sirvió para conocer el terreno. Ahora, en el campamento de 300.000 metros cuadrados se han construido viviendas y hasta nueve refugios; las tropa españolas -según recabó Alonso de los mandos militares- realizan hasta cien patrullas diarias y se han desactivado 1.200 explosivos, a más de uno por soldado. «Estamos en el Líbano para ayudar al Gobierno a mantener la paz y a que los libaneses mejoren sus condiciones de vida» JOSÉ ANTONIO ALONSO