Los bomberos tomaron las uvas, pero no brindaron en señal de respeto
Las tareas de rescate y desescombro no se interrumpieron ni siquiera durante la Nochevieja. Sólo a las 12 de la noche se cesó brevemente en el trabajo para tomar las tradicionales uvas, pero los equipos de policías, bombe-ros y operarios decidieron no brindar por respeto a las posibles víctimas. Las doce campanadas del fin de año fueron sustituidas por doce bocinazos de un camión. Desde pocas horas después del atentado, los bombeos establecieron turnos de trabajo formados por retenes de 18 hombres que se relevan periódicamente. Junto a ellos trabajan equi-pos de la policía científica que toman muestras de algunos de los restos hallados para localizar posibles pruebas que ayuden en la investigación. Casi un centenar de camiones ha salido desde el inicio de los trabajos cargados con escombros que en total suman más de 1.000 toneladas. Hasta ayer, un total de 500 pasajeros que habían aparcado su vehículo en el aparcamiento habían acudido a las oficinas de información. Además del módulo D, totalmente destruido en el atentado, los módulos C y F permanecen cerrados. Por el contrario, los pasajeros que dejaron su coche en las zonas A y B pueden pasar a recogerlos con normalidad. Un total de 18 bomberos del Ayuntamiento trabajaron durante toda la noche y seguirán haciéndolo en turnos de 24 horas, siempre en presencia de la Policía Científica, para intentar llegar hasta los desaparecidos. Desde ayer por la mañana han salido del aparcamiento de la T-4 un total de 90 camiones con entre 900 y 1.200 toneladas de escombros. Mientras, el aeropuerto recuperaba desde primeras horas la normalidad sin retrasos destacables; por su parte, unos 450 pasajeros que habían estacionado su vehículo en el aparcamiento de la T-4 han acudido hasta hoy a Barajas para recabar información sobre sus coches y 397 de ellos han presentado reclamaciones. Los familiares de Estacio y Palate trataron ayer de identificar el lugar en el que estaban estacionados los coches en los que, presumiblemente, dormían ambos cuando el aparcamiento voló. Sin embargo, los expertos aseguraron que la onda expansiva desplazó todos los objetos, lo que añade más complejidad al asunto.